Ilustración Daniel "Pito" Campos
A mitad de camino entre las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y las generales, el escenario electoral tiene una nueva configuración. La derrota del Frente de Todos (FdT) precipitó una crisis en el interior del Gobierno que dejó expuestas las diferencias entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández. Mientras tanto Juntos por el Cambio (JxC) se reacomoda tras las varias disputas internas.
¿Que implicó este cimbronazo dentro la coalición gobernante? ¿Qué hay después del 12-S? ¿Que impacto tuvo en la oposición? Para Lucas Romero, director de la consultora Synopsis, lo más relevante desde las PASO ocurrió a partir de la publicación de la carta de la expresidenta, el 15-S.
“Hasta la cena entre Alberto y Cristina el conflicto era interno y dejó de estar encapsulado dentro de la colación de Gobierno el miércoles cuando toma exposición pública y sale la carta de Cristina. Hay dos dimensiones centrales del ejercicio del poder: ¿Cuál es el rumbo? y ¿quién conduce? Hasta el 12 de septiembre veíamos con bastante incertidumbre el rumbo de un Gobierno que nunca terminaba de definirse. El rumbo era el que transmitía Alberto. A esa incertidumbre, el 15 le agregamos la incertidumbre respecto a la conducción”, apunta Romero.
El consultor señala un problema central dentro del oficialismo que le impide tomar definiciones. “Lo que necesita la coalición del gobierno es tener un mecanismo de resolución de conflictos. Ahí está la centralidad del proceso político. El primer síntoma que tuvimos fue el caso (de Federico) Basualdo. El presidente queriendo imponer la postura del ministro de Economía, Martín Guzmán, y Cristina queriendo sostener la postura de Basualdo. Conclusión: no salió ni uno ni otro. Este es el peor escenario porque ninguno de los dos conduce y los dos tienen capacidad de bloqueo”.
Por su parte el analista político y director de la revista Panamá, Martín Rodríguez, apunta a la estrategia electoral que se dio el FdT. “Tras las PASO, el Gobierno tiene que recalcular todo. Apostó a un voto sanitario que no existe, apostó a una recuperación económica que es incompleta y no es homogénea. La derrota política generó consecuencias y dejó al descubierto al Gobierno. Alberto hizo campaña diciendo “yo soy Cristina” y Cristina terminó la elección, diciendo “yo no soy Alberto”, señala.
Gobernadores
La carta de Cristina terminó generando un recambio en la Casa Rosada cuyo punto máximo fue la llegada del gobernador de Tucumán, Juan Manzur, a la Jefatura de Gabinete. ¿Hay una coparticipación de los gobernadores en el Gobierno tras la derrota?
“Con la incorporación de Manzur al Gobierno no hubo una refederalización. En todo caso, eventualmente es un representante de los gobernadores en una posición importante. Pero tampoco Manzur está condiciones después de garantizar control del proceso político”, apunta Romero.
Por su parte, Rodríguez no es tan taxativo. “Manzur forma parte de una promesa de gobierno que hizo Alberto al decir “yo soy el más federal de los porteños” y no hubo nada. En todo caso Manzur puede ser un primer paso hacia eso. La figura de los gobernadores del peronismo es una figura retórica, hay que ver quiénes son, cuánto coordinan”, dice.
Oposición
Una de las claves de los rindes electorales de la oposición parece estar en la disputa interna competitiva que se dio en varios distritos como Ciudad Autónoma de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires y Córdoba, por citar los que más atención concentraron.
Rodríguez afirma que “la oposición acertó en armar PASO y ofrecerle a la sociedad dos o tres buenas alternativas”. “Lo que tiene que hacer es mostrar que está unido”, agrega.
Por su parte, Romero comparte ese diagnóstico. “Después de realizar 17 internas ahora hay que contener a los votantes que optaron por las opciones perdedoras. Se tiene que hacer campaña para que los votantes no se vayan al otro lado. Lo primero es tratar de tener un mensaje único de convocatoria a todo su electorado”, analiza.
“Para la oposición el triunfo es un incentivo y debe quedar claro que la unidad es el objetivo primordial”, dice Romero.
Provincia de Buenos Aires
Rodríguez señala que el resultado de la elección dejó expuesta la mirada centralista de la política nacional, concentrada en la provincia de Buenos Aires. “La pregunta que había antes de las PASO era cómo iba a ser el resultado en la provincia de Buenos Aires. La supremacía de la madre de todas las batallas llegó a un colmo ridículo de creer que esa era la única pregunta que se hacían, tanto el oficialismo como la oposición. Nadie pensaba cuál era la cuestión a nivel nacional”, describe el analista.
En cuanto a las expectativas para las generales, Romero apunta una serie histórica que puede ser clave en la provincia de Buenos Aires. “En las últimas cuatro elecciones tomando las últimas dos legislativas y dos presidenciales -escenarios distintos- el peronismo crece siete puntos en promedio. Martín Insaurralde, Daniel Scioli, Cristina y Alberto esas cuatro candidaturas en la provincia crecieron un 7% promedio”, dice el consultor.
Y contrasta: “Sergio Massa, Esteban Bullrich y las dos candidaturas presidenciales Mauricio Macri, en promedio, crecieron 25% con la particularidad que ninguna por debajo del 20 al rivalizar contra el kirchnerismo”.