Las PASO encontrarán a buena parte del padrón inmunizado. Si la vacuna se verá como un derecho básico o el resultado de una gestión para apoyar es algo que no se puede predecir. Antes hay que pasar el invierno.
Finalmente, el 2 de junio y con amplio consenso (55 votos a favor, 3 en contra y 2 abstenciones), el Senado Nacional convirtió en ley la postergación del cronograma electoral a raíz de la pandemia y estableció que el 12 de septiembre serán las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y el domingo 14 de noviembre, las generales legislativas.
El proyecto había surgido del Ejecutivo que alegó la necesidad de garantizar mejores condiciones sanitarias para evitar contagios al momento de la votación, algo en lo que coincidió la oposición no sin leer entrelíneas la segunda intención de ganar tiempo para vacunar a buena parte del padrón. ¿Pero quién puede oponerse a eso? Exigió una cláusula cerrojo que impida nuevos cambios en el cronograma y apoyó la iniciativa.
En procura de una jornada de vacunación segura, se preparó un protocolo que busca evitar aglomeraciones entre las 8 y las 18; el horario no se modifica. También se mantienen los 350 electores por mesa, pero habrá 4.500 establecimientos más habilitados para votar. Se amplían de 14.400 a 19.000 -en clubes, colegios, salones- y en cada lugar, con ocho mesas como máximo, habrá un facilitador. Se pide que cada elector lleve su boleta y su propia lapicera (ya hay polémica con ésto). Se distribuirán 500 mil barbijos para las autoridades de mesa y las filas se harán en la calle.
Prioridad 1 contra el virus que ya provocó casi 80 mil muertos, afortunadamente el ritmo de vacunación se sigue acelerando y es posible que buena parte de los votantes concurra a las urnas inmunizado. Si verán en esa dosis el resultado de una buena gestión de gobierno para apoyar (ya sea municipal, provincial o nacional) o un derecho ciudadano básico en una pandemia es algo que todavía no puede predecir ninguna encuesta. Hay un universo de preocupaciones antes, como pasar el invierno en medio de una inflación que no afloja, con índices de desocupación y de pobreza que hacen abstracta cualquier otra conversación, aún la sanitaria. Lo dicen todos los analistas y los encuestadores de todos los colores.
¿Irá la gente a votar masivamente en las PASO, se mantendrán los niveles históricos de participación con el virus rondando en la cresta de la segunda ola?
También es difícil predecirlo. A fines de abril, cuando ya se venía hablando de postergar las elecciones, la última encuesta nacional de la consultora Zuban, Córdoba y Asociados -1.200 personas mayores de 16 años- había encontrado buena predisposición para concurrir a las urnas en este marco de pandemia (71%).
Ante la pregunta “¿Qué tan probable es que Ud. vaya a votar en las próximas elecciones?”, el 52,7% declaró que es muy probable y el 18,3%, algo probable. Los renuentes a votar totalizaron un 26%, repartidos entre poco probable (15,7%) y nada probable (10,3%).
NOTAS
Informe Argentina, Abril 2021 (estudio de opinión de Zuban, Córdoba y Asociados)
Cámara Nacional Electoral, Normativas Elecciones 2021