¿Cómo se reconfiguran los consumos culturales, informativos y la sociabilidad?
Una encuesta reciente de un grupo de investigación de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) buscó responder cómo se reconfiguran los consumos recreativos, culturales y mediáticos en la postpandemia. Al mismo tiempo, indagó cómo se construye hoy la interacción social en presencia y cómo nos saludamos y compartimos la tradición del mate. Los datos permiten comprender la vuelta a viejas costumbres, pero también algunos elementos disruptivos, como es la desconexión, como una tendencia dentro de las prácticas comunicacionales.
A dos años del inicio de la pandemia, en promedio, más del 50% de los encuestados para este estudio reconoce que prefiere saludar con el puño y no compartir el mate, si bien los porcentajes varían según el género, la edad y el lugar de residencia y de clase social. Más del 65% asegura que volvió a concurrir a lugares cerrados y el 63% respondió de forma negativa la cobertura que hicieron los medios de comunicación respecto a la pandemia.
Estos son sólo algunos datos que se desprenden de una encuesta amplia, realizada por el Núcleo de Estudios en Cultura y Comunicación de la UNSAM, junto a PASCAL, durante junio de este año, con 959 casos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). El estudio implicó una muestra aleatoria, estratificada y balanceada según la distribución poblacional. Asimismo, se incluyeron preguntas sociodemográficas como edad, género, ocupación, percepción de clase y nivel educativo.
Prácticas culturales y retorno a espacios cerrados
En forma paulatina, desde noviembre de 2020, las restricciones por la pandemia se fueron aminorando y en la actualidad ya no rigen limitaciones de aforo. Para evaluar los comportamientos en función de esta reapertura de espacios, en la encuesta se preguntó si durante los últimos seis meses (entre enero y junio de 2022) habían asistido a cines, teatros, recitales, bares o restaurantes, museos o centros comerciales.
La opción más elegida fueron los bares y restaurantes con el 65%, seguida por la opción de los shopping o centros comerciales, a los que volvió el 58% de los encuestados. En cuanto a otras salidas, en particular a espacios culturales, el 56% respondió que volvió a ir al cine después de la pandemia, el 39% asistió a un museo o centro cultural, el 35% volvió a asistir al teatro y el 33% asistió a un recital.
Fuente: Escuela IDAES y Pascal_LM
Si bien el estudio no tuvo como objetivo analizar cómo afecta el bolsillo en los consumos recreativos y culturales, la estratificación de la muestra permite ciertas reflexiones. Por un lado, el informe señala que la percepción del riesgo según la edad tiene un papel relevante, pero también inciden la clase social y el nivel educativo, estrechamente asociadas entre sí y a su vez predictores del poder adquisitivo; dado que las salidas presenciales suelen tener costo monetario, es razonable que el retorno al cine, al teatro o a recitales varíe en función de estos parámetros.
La incidencia de la clase social se observa, sobre todo, en la salida al shopping o a los centros comerciales: el 55 % de quienes se identifican con la clase obrera o la clase media-baja volvieron a estos espacios, mientras que entre quienes se perciben de clase media-alta lo hizo el 73 % y entre la clase alta el 87 %. Esta salida también fue más frecuente en CABA (68%) que en provincia (55%) pero no varía por género.
En contraste con los espacios cerrados que implican un mayor riesgo de contagio, se valoriza la opción de salir a parques y plazas (el 71,8% volvió a frecuentarlos), así como también a clubes con espacios al aire libre (el 53,1% volvió a asistir en los últimos seis meses).
Hábitos informativos
Como señala el informe de la UNSAM, uno de los temas centrales durante la pandemia fue el consumo de noticias durante el confinamiento. Distintos estudios muestran que durante los primeros meses de la cuarentena hubo una gran demanda de información que devino en una saturación. Paradójicamente, cuando en Argentina teníamos los mayores índices de contagios por covid19, el interés mediático bajó para dar entrada a otros temas de agenda.
Esta encuesta muestra, además, que no hay una práctica sostenida de consumo de noticias; más aún, la desconexión aparece como una tendencia dentro de las prácticas comunicacionales de la postpandemia. Así, un 49% aseguró que nunca lee diarios y un 46% que nunca escucha radio, en tanto solo el 24% aseguró informarse todos los días mediante portales digitales. En relación con el consumo de noticias por redes sociales, un 25% dijo hacerlo todos los días, mientras que un 28% a veces.
Fuente: Escuela IDAES y Pascal_LM
Ante la pregunta, ¿cuál te parece más confiable como fuente de información durante la pandemia?, el 38% señaló a los medios nacionales, el 24% a los medios internacionales, y el 10% a las redes sociales. Como dato a destacar, se encuentra la poca confianza en los científicos (15%, apenas dos puntos por encima de la cuota de confianza al gobierno).
Si cruzamos esta información con voto, los datos muestran que el 22% de los que confiaron en la información del gobierno, votaron al oficialismo en las últimas elecciones, mientras que la confianza cae entre quienes votaron a la oposición: solo el 1% confió en la información oficial sobre la pandemia. Además, los datos muestran que los oficialistas confían más en medios nacionales mientras que los opositores en los internacionales. Estos datos refuerzan el panorama antagónico del sistema mediático y la polarización en relación con el consumo de información durante la pandemia.
Fuente: Escuela IDAES y Pascal_LM
Por último, la encuesta consultó sobre el tratamiento de la información durante este periodo. De ese modo, ante la afirmación los medios transmitieron información correcta y útil durante la pandemia, el 35,3% estuvo nada de acuerdo, el 27,9% poco de acuerdo, el 17,8% bastante de acuerdo, y el 9,3% muy de acuerdo. Es decir que si se suman las dos primeras opciones podríamos decir que el 63,2% evaluó de forma negativa la cobertura de la pandemia por Covid 19 que realizaron los medios de comunicación, resalta el informe.
La distancia social hoy: saludo, barbijo y mate
Si hay un comportamiento que pierde terreno, ése parece ser el uso del barbijo. La encuesta se llevó a cabo en momento en el que tapabocas sólo era obligatorio en hospitales, clínicas y farmacias (junio de 2022). Para entonces, seis de cada diez respondieron que lo seguían usando en espacio cerrados, el 29 % dijo que lo usaba todo el tiempo y el 11% dijo que no lo usaba más.
El porcentaje de personas que respondió que no usaba nunca el barbijo es más alto entre los jóvenes (15%) que entre los adultos y adultos mayores (6%); al tiempo que varía, según el género: el 33% de las mujeres respondieron todo el tiempo, contra un 24% de los hombres. No hay patrones claros por nivel educativo, aclara el informe. Ahora bien, si se tiene en cuenta que recientemente el Ministerio de Salud de Nación eliminó el carácter obligatorio del uso de barbijo y que comienzan las altas temperaturas en nuestra región, es probable que esos porcentajes tiendan a modificarse y, como dice el informe, se vea su uso cada vez con menos frecuencia en las calles y sólo se mantenga en transporte público y espacios sanitarios.
Fuente: Escuela IDAES y Pascal_LM
Una de las tradiciones más arraigadas de las y los argentinos es el mate y la pandemia trastocó por completo el hábito de la ronda. En la encuesta preguntan si en los últimos tiempos las personas estaban compartiendo o no el mate y en los resultados generales se observa que el 56% de las personas no lo comparte, el 37 % sí y el 7 % no toma mate. También es más frecuente compartir el mate para los hombres (45%) que para las mujeres (30%). La edad incide, siendo más frecuente compartir mate entre jóvenes (el 52% comparte) que entre adultos (30%) o adultos mayores (22%). Asimismo, a mayor nivel educativo, se observa menor propensión a compartir el mate con otras personas. Sin embargo, no se observa una correlación clara con la identidad de clase, dice el informe.
Fuente: Escuela IDAES y Pascal_LM
En la misma línea, con la pandemia se instaló un cambio en la distancia entre los cuerpos y en las formas de saludo: se impulsó, desde las comunicaciones oficiales y desde los medios de comunicación, primero el saludo con el codo y luego con el puño. En la encuesta se preguntó cómo saludaron con más frecuencia a las personas durante las últimas semanas. El 53% dijo saludar con el puño, el 30 % con un beso, el 12 % con un abrazo y el 6 % sin contacto alguno.
El informe fue coordinado por Brenda Focás, Leandro López, Leandro, Marina Moguillansky y Malvina Silba.