El sorgo ofrece distintos usos de acuerdo a la demanda, el cultivo se utiliza como forraje para animales y para la alimentación humana en panificados o en el rubro biocombustibles con importante crecimiento.
El efecto sequía durante el 2022 impidió la siembra de granos en Argentina y en consecuencia podría escasear maíz temprano para el segundo trimestre de este año. Este escenario tendría impacto en los mercados cárnicos por el faltante de alimento para forraje. El área con sorgo 2022/23 se mantuvo alta en el ciclo de modo que podría ser un buen reemplazo en el mercado interno.
Para el ciclo 2022/23 se esperan incrementos en la demanda interna por lo que habrá un mayor uso que en la previa con 1,5 Mt. Por otra parte, se espera una mayor participación de Argentina en las ventas al mundo cercanas al 20% a la par de las producciones de Australia y EEUU. Argentina en 2021/22 representó el 15% de las exportaciones del sorgo al mundo.
La mala performance del sorgo norteamericano, principal productor a nivel mundial, es la más baja desde el ciclo 1944/45. El 90% del sorgo estadounidense se produce en los estados de Kansas y Texas, estados agrícolas que han sufrido la sequía más pronunciadamente durante la última siembra, con menores lluvias sobre los territorios, el rinde estimado para la campaña nueva es de 2,6 t por hectárea, representando el menor rendimiento desde, al menos, el ciclo 1960/61. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos proyecta que la producción estadounidense es de 4,8 Mt, en contraposición a las 11,4 Mt del ciclo anterior.
El dato confirma la posibilidad de que el sorgo argentino profundice su inserción en el mundo con grandes posibilidades. Sin embargo, la sequía puede afectar el rendimiento del cultivo en nuestro país impactando a la baja el nivel de los envíos al exterior proyectado a la fecha.
“El efecto sequía traerá otras consecuencias: gran parte de lo exportado se comercializa en China, donde las regulaciones hacen foco en la calidad del cultivo y este elemento puede condicionar el volumen de las operaciones de Argentina. El grano a despachar no debe contener más del 15% de humedad, más de 1% de grano picado por insectos, tampoco insectos vivos que afecten a los granos, olores objetables, granos amohosados ni tratado con productos que alteren su condición natural”, opinaron referentes de control de calidad del cultivo.
Según el Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la demanda forrajera ha caído desde niveles máximos alcanzados en el ciclo 2010/11, donde se consumían por este concepto alrededor de 2,6 Mt. En las proyecciones para la nueva campaña comercial 2022/23, se espera una previsión de consumo animal y residual que ascendería a 1,1 Mt, 10% por encima de la campaña previa, mientras que el uso como semillas se proyecta estable en 0,11 Mt, mismo valor entre ciclos.
El motivo de esta previsión al alza de consumo forrajero viene de la mano de la situación crítica del maíz de la nueva campaña y posibilidad de sustituir el grano por el sorgo para abastecer el uso animal y residual.