Por qué el rubro de la construcción anticipa el devenir de la economía
En el mundo se comenzaron a discutir distintos programas de reactivación económica. Para ello, los planes deben relacionarse con las capacidades que cada región tiene en función de sus limitados recursos y servicios.
Esto implica estudiar las relaciones de producción, intercambio, distribución y consumo de los bienes y servicios que tiene una sociedad. Lo que habitualmente se llama administrar una casa, o a gran escala, gestionar una región o un país.
La administración requiere de un plan que en términos políticos se denomina programa de gobierno y para que sea efectivo, requiere que sea sistémico. Lo que se intenta explicar es que un programa económico debería incentivar a un sector para que éste arrastre a otros a mayor producción y trabajo.
Para entenderlo, la actividad económica se encuentra dividida en tres sectores productivos. El sector primario que abarca actividades enfocadas a la extracción de materias primas a partir de recursos naturales.
El sector secundario que se encarga de procesar y transformar estas materias primas en bienes y productos para el consumo. Y el sector terciario en el cual se engloban todas las actividades económicas relacionadas con los servicios.
Bajo estos conceptos, la construcción que corresponde al sector secundario es considerado uno de los vectores necesarios de la reactivación económica. Es decir que un buen programa de reactivación basado en la construcción y/o en la industria automotriz dinamizaría los tres sectores de la economía.
Ahora bien, si el Gobierno Nacional focaliza sólo en el rubro automotriz podría dejar de lado a regiones del interior que no contemplan en su economía actividades relacionadas. En cambio, la construcción de caminos, redes cloacales, servicios eléctricos, gasoductos o grandes obras hidroeléctricas y/o termoeléctricas son actividades que traccionan diversos y múltiples sectores de las economías locales.
En este escenario, la construcción se posiciona como la madre de las actividades y tiene implicancia directa en los indicadores económicos, generando puestos de trabajo formal en los distintos sectores de la economía.
En este sentido, aún no se conoce un programa integral de obras públicas, no obstante, recientemente la administración federal expuso algunos lineamientos sobre la importancia de construir consensos con el sector privado para llevar adelante un plan de obras que garantice la rentabilidad de las inversiones.
Es por ello que analizar los indicadores, tener una fotografía de los últimos años y conocer el rebote que generó la actividad privada en los últimos meses del año, dan cuenta de la importancia del desarrollo en torno a las obras de infraestructura como mecanismo para la reactivación de la economía pos pandemia.