General Manuel Campos, localidad pampeana de 1300 habitantes, fue fundada el 11 de diciembre de 1911, día en que pasó por primera vez el ferrocarril.
Desde 1950, comenzó a convertir su perfil agrícola-ganadero inicial a partir de la llegada de vacas holando y el comienzo de la lechería. Hoy funcionan 44 tambos en los que se producen entre 80.000 y 120.000 litros mensuales, según datos del municipio local.
Alrededor del 60% de esa producción se procesa industrialmente en la localidad, que cuenta con cuatro empresas dedicadas a la elaboración de quesos. El conglomerado industrial se completa con dos productoras de alimento balanceado y una docena de pymes que ofrecen logística y distribución.
También funcionan dos estudios contables, veterinarios, acopiadores de cereales, profesionales como odontólogos, arquitectos o abogados y oficios como albañilería.
La localidad tiene escuela primaria y secundaria y posee un centro médico municipal donde una o dos veces por mes atienden especialidades médicas como cardiología, ginecología, neurología infantil, traumatología, kinesiología, psicología y oftalmología.
La reconversión
“Esta es una zona árida, lo que complicaba el desarrollo agrícola- ganadero. Por esto, cuatro décadas después de la fundación del pueblo, Osvaldo Pelayo y Ángel “Tito” Martocci empezaron a apostar a la lechería. La primera industria del pueblo fue lácteos Gambetta y de esa forma, la leche comenzó a procesarse acá. Ese esquema productivo fue creciendo y se convirtió en una fuente de trabajo directo e indirecto en el pueblo y la zona”, señala el intendente Mario Roth, al tiempo que detalla que “por una cuestión geográfica la parte comercial se volcó principalmente hacia la costa atlántica y al sur argentino. Por esto comenzó a crearse todo el servicio de logística que fue sumando el reparto de primeras marcas. Hoy contamos al menos con 16 pymes en el rubro”.
Del tambo a la góndola
Quesería La Pampa es una de las industrias locales que desarrolló una propuesta no sólo productiva, sino también comercial. “En nuestro caso, realizamos un proceso lineal, con tambo, fábrica y seis locales de venta al público en La Pampa, Buenos Aires y Río Negro”, indicó César Garilans, que desde 1996 se encuentra a cargo de este emprendimiento que da trabajo a 30 personas en el pueblo y que elabora 32 productos dentro de los que se encuentra el premiado dulce de leche “La Mimosa”.
Además, desde el 2011 integra Proteínas de La Pampa, un proyecto asociativo que separa grasa, proteína y lactosa del suero que se genera de la lechería. “A eso le extraemos el líquido y lo concentramos, generando un producto que se utiliza como alimento humano y agregando valor al suero, que en general se desecha o se utiliza para engorde de animales”, finalizó Gariland.