DIÁLOGOS

“El problema no es que faltan dólares, sino que sobran pesos”

El economista de la Fundación FADA, David Miazzo, habló con Redacción Mayo sobre las principales problemáticas de la economía nacional. Aboga por la “disciplina macroeconómica” para lograr la estabilidad necesaria para poder bajar la inflación. Por Jonathan Raed
david miazzo-web Redaccion mayo
05-02-2023
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-La inflación aparece como el principal problema de la economía actual ¿Cómo se puede frenar?

-La inflación no es un problema de precios, sino de pesos. En otras palabras, el problema de la inflación no es que suban los precios, esa es la consecuencia. La causa es que el peso pierde valor. Si no se entiende este diagnóstico básico de dónde está el origen del problema, se toman medidas como controles de precios o restricciones a las exportaciones, que sólo apuntan a la consecuencia, no a la causa.

El primer paso para frenar la inflación, sin dudas, es la disciplina macroeconómica. Sin equilibrio fiscal y una política monetaria razonable, no hay forma de lograr una baja perdurable en la inflación. El orden fiscal es necesario porque sólo hay dos formas de financiar el déficit: emisión o deuda. Si todos los días estoy imprimiendo pesos que nadie quiere, indefectiblemente el valor del peso cae y eso se refleja en inflación y devaluación. La deuda también tiene su riesgo inflacionario: cuando el mercado desconfía sobre su pago, se genera una crisis de deuda que impacta en la confianza sobre el futuro económico y genera fuga de pesos y dólares del sistema.

La disciplina macroeconómica no es otra cosa que lo que han intentado hacer todos nuestros países vecinos, con mayor o menor éxito, a lo largo de las últimas 3 décadas. Y lo han logrado, hoy vemos con cierta envidia el nivel de estabilidad. La confianza también es central, ya que la inflación también está influenciada por las expectativas. Un claro ejemplo son los pasivos remunerados del Central, en su momento las Lebacs y hoy las Leliqs. Mediante estos instrumentos el Banco Central quita liquidez de pesos en el mercado, buscando controlar la inflación y el dólar, pero si todos están viendo que esa montaña de pesos está ahí, se genera desconfianza en la trayectoria futura de la inflación y del tipo de cambio.

Un punto importante a entender es que no es un camino ni simple ni rápido, la confianza y la estabilidad se demuestran con hechos y números. En Argentina tenemos que romper décadas de inflación y destrucción de la moneda en la cabeza de la gente. Que se vuelva a creer en la moneda del país va a ser difícil.

-¿Cómo impactan las expectativas de las personas en general y de los formadores de precios en particular, en materia inflacionaria?

-Las expectativas cumplen un rol central en la inercia inflacionaria. Por eso también es importante la confianza en el futuro de la economía y en la moneda. Sin embargo, las expectativas deben convalidarse monetariamente para convertirse en inflación duradera.

-¿Ves a las políticas de Sergio Massa como un ajuste?

-Hay cierto ajuste, si en el frente fiscal se reduce el gasto y se suben tarifas y en el frente monetario se sube la tasa, hay cierto ajuste. Ese ajuste fue necesario para poner ciertos paños fríos sobre la dinámica compleja que se vio en junio-julio.

-¿Cómo ves al campo en general y qué impacto va a tener la sequía en este año?

-El campo representa 1 de cada 4 pesos del PIB y 7 de cada 10 dólares de exportaciones, por lo que su dinámica es central para el desenvolvimiento de la economía nacional. La sequía le restará al PIB entre 2 y 3 puntos, por lo que podríamos entrar en recesión. Y le quitará entre 10.000 y 15.000 millones de dólares a las exportaciones, al compararlo contra 2022. En el frente cambiario es donde se verán los principales impactos: si en el 2022 fueron importantes las presiones cambiarias y las reservas sólo llegaron a fin de año gracias a dos ediciones del Dólar Soja, nos hace pensar qué podría ser del 2023 con menos exportaciones a raíz de la sequía y las elecciones.

-¿Qué postura debería adoptar el Gobierno en ese sentido?

-Respecto al campo, ya se conocieron las principales medidas, que involucran algunas medidas fiscales lógicas como suspender los anticipos de ganancias y algunas asistencias a productores más pequeños, aunque totalmente insuficientes en cuanto al monto de dinero. Se anunció un fondo de asistencia que apenas es equivalente al costo de producción de 47.000 hectáreas de maíz, cuando entre todos los cultivos se siembran 35 millones de hectáreas. Respecto al impacto de la sequía en la economía, el gobierno debería ser mucho más cauto de lo que desde afuera se ve.

-El salario y los ingresos han perdido mucho terreno en los últimos años ¿Cómo se hace para recuperarlo?

-La única alternativa genuina es frenar la inflación y que la economía crezca. Si no sucede esto, cualquier mejora de los salarios será efímera.

-¿Qué opinión te merece la política energética y de tarifas? 

-El atraso de tarifas y subsidios a los servicios públicos es, probablemente, la peor política económica de las últimas dos décadas. El atraso de tarifas deteriora los servicios públicos y los subsidios explican gran parte del déficit y, por lo tanto, de la emisión monetaria. A largo plazo, el Estado argentino le pone plata en el bolsillo a la gente con un menor costo de los servicios públicos, pero del otro lado se la saca de las manos con la inflación y el deterioro del poder adquisitivo que el déficit y la emisión generan. Lo peor de todo es que quienes menos se benefician de los subsidios son los más pobres, que ni gas natural de red tienen.

-¿Hay una salida exportadora?

-El potencial de Vaca Muerta es gigante, si se mantienen algunas reglas de juego claras, se soluciona la brecha cambiaria y se sigue avanzando en obras de transporte de gas y petróleo claves, hay una salida exportadora importante y una gran oportunidad para el país de solucionar algunos problemas clave, como la deuda y el bajo nivel de exportaciones.

-¿Cómo ves al fenómeno del "dólar soja", "dólar Qatar", etc?

-Son una sumatoria de parches que sólo permiten al gobierno patear la pelota hacia adelante.  Existen en el contexto de cepo y atraso cambiario, en un mercado cambiario normal no tienen razón de ser. No existen en Uruguay, Paraguay, Bolivia, Chile, Brasil, etc.

-¿Qué rol juega el tema dólar? ¿La falta de dólares es causa o consecuencia de la crisis económica?

-No faltan dólares, sobran pesos. Esa es la causa de la crisis económica del país. Sólo faltan dólares a un tipo de cambio oficial que es una mentira, en un mercado de cambios normal no faltarían dólares. Más allá de eso, sí es cierto que el país debe exportar más y generar más dólares genuinos para que la economía pueda crecer y el poder adquisitivo de los argentinos pueda mejorar.

-Hay corrientes "libertarias" que proponen la dolarización de la economía ¿lo ves viable?

-Entiendo que es poco viable con el nivel de reservas y deuda que tiene el país. En una dolarización el Banco Central debe absorber los 16,4 billones de pesos que hay entre base monetaria y pasivos remunerados y entregar dólares por esos pesos. Hoy el Banco Central sólo tiene 3.500 millones de dólares. Una convertibilidad directa da un tipo de cambio de $4.685. No hay ningún país de tamaño medio en el mundo que haya dolarizado, son todas economías chicas, el más grande es Ecuador. La única solución genuina y de fondo es la disciplina macroeconómica. Sólo que como parece imposible alcanzarla, empezamos a buscar soluciones mágicas.

-Se debate mucho sobre planes sociales y pobreza. ¿Se deben eliminar los planes? ¿Cuáles serían los caminos óptimos para revertir los altos niveles de pobreza?

-Es difícil pensar en eliminar los planes en un país con más del 40% de pobreza. Sí, hay que mejorarlos para que no compitan con el trabajo, en muchos casos hacerlos temporales y no permanentes, que no sean manejados por corporaciones que tienen gran poder gracias a las costillas de los contribuyentes. La primera política social es generar empleo, para eso también se necesitan reformas. Y la “reforma laboral” no es una cuestión ideológica. Invito al lector a hablar con cualquier PYME y preguntarle si está dispuesta a incorporar más empleados, 9 de cada 10 le van a contestar que no. Porque con el sistema actual un empleado más es un problema más, en lugar de una solución. Con esa realidad es imposible crecer.

-El sistema impositivo, ¿necesita una reforma? ¿En qué áreas o con qué orientación?

-En primer lugar, se necesita simplificación. Hoy el sistema impositivo es un gran laberinto que le hace la vida difícil a las personas, los emprendedores y los empresarios (y especialmente a los contadores). Luego, una vez que se vaya logrando equilibrio fiscal, es necesario pensar en reducir la presión tributaria, sobre todo de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos, Impuesto a los créditos y débitos y los Derechos de Exportación.

-¿Qué opinión te merece el fenómeno de la economía digital?

-La economía digital es el presente y el futuro. En Argentina hay talento para ser un gran productor y exportador mundial en la economía digital. Hay que facilitar, promover y capacitar para potenciar la economía digital. Sin duda, cuestiones como el cepo cambiario van a contramano de esto. La educación es algo central que debe aggiornarse, estamos preparando personas para el mundo laboral del 2030 con una educación del 1900. La conectividad también es importante, uno de los aspectos más beneficiosos de la economía digital es que se puede subir una persona en cualquier pueblo de cualquier provincia del país. Sólo se necesita buen nivel de conectividad, además de conocimiento que también es fácilmente accesible a través de una buena conectividad. Es una nueva oportunidad para el desarrollo territorial del país.