En mayo inicia la siembra de trigo. La cosecha estará supeditada a la salida rápida de la peor campaña en 20 años para la cadena del sector y por la recuperación de un mayor desahogo en el balance externo de Argentina mirando hacia 2024.
“Si bien la necesidad económica alienta la intención del productor de sembrar trigo, tres desafíos se presentan como potenciales limitantes: la reserva de humedad en el suelo, el financiamiento que permita asegurar el paquete tecnológico que el cultivo requiere para expresar su máximo potencial de rendimiento y la disponibilidad de semilla en cantidad y calidad suficiente”, opinaron analistas del sector.
Sobre las expectativas de humedad de suelo, no han alcanzado en milímetros y cobertura para manejar el agudo déficit. La zona norte de Buenos Aires, epicentro de la sequía, muestra desde el 20 de abril un pronóstico para los próximos 15 días con ausencia de lluvias que significan pronósticos de agua de unos 50 mm por debajo de la media histórica.
El ítem financiamiento del segmento es la mayor dependencia por el costo de los insumos y del perímetro a sembrar. En relación con el primer interrogante, los precios de los fertilizantes nitrogenados reaccionaron con retracciones con respecto a los comportamientos de un mes atrás. La mayor oferta disponible en relación con una demanda muy cuidadosa ha empujado a la relación insumo-producto para trigo a niveles más bajos en comparación a los últimos cuatro ciclos.
“Respecto del área total a implantar, continúan las dudas. A la necesidad económica del productor, se contraponen las mencionadas limitaciones en los perfiles de humedad de suelo y la disponibilidad de fondos para maximizar el paquete tecnológico, que permita expresar el mejor potencial de rinde posible”, consideraron observadores meteorólogos vinculados a la Bolsa de Comercio de Rosario.
Observando la historia reciente, separando el desembolso necesario para sembrar 2022/23, se puede ver que en los últimos ciclos el productor argentino necesitó unos 1.800 millones de dólares para sembrar trigo.
“Respecto al capítulo semillas, los estrés iniciales al que ha sido sometido el cultivo en el ciclo previo no impactan en su buen desempeño germinativo del orden del 95% al 96% sin incidencias de patógenos”, remarcó Miriam Arango de INTA Oliveros.
Estos resultados, son un testimonio que debe monitorearse en lo sucesivo teniendo en cuenta la necesidad de lograr una buena calidad de semilla que asegure evitar costos de resiembra y los hallazgos hasta ahora han sido muy optimistas.
Sin embargo, el complicado rendimiento de la campaña previa podría modificarse en caso de que se produzcan buenos caudales de agua pero simultáneamente comenzarían a notarse problemas en algunas zonas para adquirir el insumo requerido.
“En este contexto se han comenzado a cerrar tímidamente contratos por trigo 2023/24. A la fecha, suman algo más de 200.000 toneladas de negocios finales por trigo nuevo, de las cuales 145.000 se hicieron con condición “a fijar”. Los 56.000 contratos restantes, con precio en firme, se pactaron a un valor que, luego de tocar un máximo relativo de US$ 267,65/tonelada como promedio de febrero, se destinaron a US$ 253,14/t promedio, en el mes de abril”, comentaron analistas del mercado de trigo.
En el contexto internacional, el mercado de trigo se vio impulsado por la situación en la región del Mar Negro, con respecto al corredor de granos que le permite a Ucrania exportar. Según se pudo constatar, el 18 de mayo se analiza la tercera extensión del acuerdo y Rusia amenaza con no aprobar una cuarta si no se alivianan las restricciones comerciales que impactan en los productos agrícolas.
Por otra parte, Polonia y Hungría anunciaron limitaciones al ingreso de granos desde Ucrania ya que afectan los precios que reciben los productores del lugar.
A nivel internacional, a inicios de esta semana el mercado de trigo se vio impulsado por la incertidumbre que se está registrando en la región del Mar Negro, con respecto a la continuidad del corredor seguro de granos que permite a Ucrania exportar. El 18 de mayo se analizará la tercera extensión del acuerdo pero Rusia amenaza con no aprobar una cuarta si no se alivianan las restricciones comerciales que gravan sus productos agrícolas.
Por otro lado, Polonia y Hungría anunciaron que se limitarían los ingresos de exportaciones de granos ucranianos hacia sus territorios, ya que se han realizado manifestaciones de productores aludiendo que el gran volumen de granos que llega de Ucrania afecta los precios que reciben los productores. El pasado miércoles 18 de abril, Polonia moderó la medida y permitiría que la mercadería se exporte sólo como tránsito y no afecte la dinámica del mercado local. Asimismo, la Unión Europea está realizando un plan para permitir que los cereales ucranianos sigan siendo transportados por territorio de los países del este europeo. La decisión terminó quitando presión al mercado y los precios comenzaron a ceder.
Otro tema de la semana fue que las inspecciones al sector exportador del cereal norteamericano, marcaron un mínimo histórico con 240 mil toneladas. Por otro lado se informaron ventas de exportación en EE.UU por 259.039 toneladas en sintonía con lo que esperaba el mercado. En cuanto a las hojas del balance a nivel mundial se consideran estimaciones de la International Grain Council en donde publicó su último informe mundial con proyecciones para la campaña 2023/24. El estudio proyecta una caída del 2% en la producción mundial de trigo, 787,3 Mt, pero por encima del promedio. En cuanto al consumo mundial, se espera un acotado crecimiento hasta 794 Mt, nivel por encima de la producción.