Panorama agropecuario

El 60% de la superficie agrícola cultivada de Argentina está en manos de contratistas

Los grandes pooles de siembra se retiraron del negocio del alquiler tras la caída del 50% del precio internacional de la soja. En Córdoba, el precio de la hectárea oscila desde 100 dólares en el noroeste, a 15.000 dólares en el este provincial. Por Alejandro Cuellar
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12-11-2021
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La crisis del 2001/2002 planchó dramáticamente el valor de la tierra para uso agrícola-ganadera en la Argentina. “Superado” aquel episodio, comenzó el proceso de recuperación firme de la cotización de los lotes, excepto un paréntesis durante 2008-2009 en el contexto del recordado conflicto por la resolución 125. Actualmente, pese a la recuperación, en términos comparativos los precios de la tierra siguen siendo inferiores a los valores de 2011.

En Córdoba, el escenario que marca el valor de la tierra surge de dividir la provincia en 6 regiones y 25 zonas, de acuerdo a un informe anual que publica  García Astrada Inmobiliaria Rural. El trabajo establece cotizaciones más bajas -del orden de los 100 dólares la hectárea- en el arco noroeste hacia el límite con la provincia de La Rioja, en tanto que  hacia el este, en el departamento Marcos Juárez, expresa números significativamente más altos que rondan los 15 mil dólares la hectárea.

“A partir del 2011, y en coincidencia con el cepo y la nueva Ley de Tierras, comienza un nuevo estancamiento en el valor de la tierra con una caída que llega hasta la actualidad. Los valores actuales en relación al pico del 2011 oscilan entre un 20% a un 40%, dependiendo de la ubicación o de la calidad de las tierras”, precisó el ingeniero agrónomo Alejandro García Astrada, titular de la mencionada inmobiliaria.

 

Razones de la baja

“En todos estos casos, los precios han caído en relación a 2011. En el segmento de las tierras agrícolas con gran calidad de suelo en el departamento Marcos Juárez se han defendido más, con recortes que van desde un 10 a un 20%. En las zonas extra-pampeanas, marginales o ganaderas, la curva es más severa y la caída llega hasta el 50%”, sostuvo el empresario.

En términos comparativos con el estado de Iowa en Estados Unidos, las tierras agrícolas argentinas estaban a tan solo un 15% de diferencia del valor de los lotes americanos. En la actualidad, ese margen se amplió dramáticamente entre un 80 y 100%.

Para el especialista, existe una multiplicidad de factores que explican estas diferencias. 

“Argentina, además de su inestabilidad económica, padece de una enorme carga impositiva que impactan en la ecuación final de los productores agropecuarios. Hoy el 60% de la superficie agrícola cultivada en nuestro país está en manos de pequeños contratistas. Recordemos que los grandes pooles de siembra, se retiraron del mercado como consecuencia de la caída del 50% del precio internacional de la soja”, consideró García Astrada, actual miembro de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales.

 

Campos en alquiler

El mercado de arrendamientos de tierras se muestra muy dinámico respecto de la comercialización o venta de campos que, como se dijo, ofrece un panorama de franco estancamiento en los últimos tiempos.

“Con un escenario de Niña durante la campaña 2020/2021 en la provincia de Córdoba, las cosechas fueron aceptables por el valor del grano en dólar y por rindes mayores a los previstos. Estos dos elementos, permitieron el incremento de la demanda de arrendamientos y que el contratista estuviera dispuesto a pagar igual o mayor cantidad de quintales por hectárea. El mercado estuvo muy activo, sobrepasando la oferta y generando firmeza en los valores y en algunos casos hasta superando las marcas”, opinó García Astrada.

El éxodo de productores históricos hacia las ciudades por motivos personales o familiares, engendró la figura del contratista rural. El fenómeno vino a simplificar una larga lista de tareas que ejecutaban los propietarios y que hoy, por esa falta de pertenencia, muchas chacras muestran un franco deterioro.

“Cuando la tierra se pone en manos de terceros, muchas veces las mejoras no se hacen. En el capítulo rotación de cultivos el problema radica en que la mayoría de los contratos son a 1 año y de esta manera, es imposible establecer sistemas de rotación, de fertilización, etc. Para hablar de estos temas seriamente los acuerdos deberían ser de mediano plazo. En un país con tanta volatilidad ese escenario es inviable”, expresó el ex docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.

 

El dato

Hay una diferencia sustancial entre el mercado de venta de campos y el mercado de arrendamientos de campos. En el primer caso, las operaciones son en dólares y en la segunda opción se opera en pesos. 

“Los contratistas tienen pesos y en consecuencia arriendan más tierras,  adquieren maquinaria y compran insumos. La idea es sacarse los pesos de encima”, finalizó el consultor.