Este año las paritarias 2021 marcaron un cambio de tendencia y se alejaron de la pauta inflacionaria prevista inicialmente por el Gobierno Nacional. A medida que corrían las semanas, los acuerdos se cerraron por arriba del 32% estimado por los estudios laborales.
El año pasado, de un total de 28 acuerdos paritarios relevados, el 57% cerró por debajo del 33% en la pauta salarial; en cambio, en el primer trimestre de 2021 el 11% se mantuvo por debajo de la inflación estimada, y el 39% de los sectores acordaron un incremento entre el 29 y el 32% para este año.
Lo significativo del relevamiento es que el 50% de los acuerdos cerraron con un incremento superior al 33% para el 2021, lo que marca un intento por recuperar parte de los salarios perdidos durante el año pasado.
DESCARGA EL GRÁFICO HACIENDO CLICK ACÁ
Otra diferencia que marca la paritaria 2021 es la incorporación en la mayoría de los acuerdos de una cláusula de revisión, a diferencia de la cláusula gatillo implementada en otros años. Esta nueva herramienta es clave para volver a sentarse a negociar los términos de un nuevo ajuste si la inflación a mitad de año se dispara.
En contraste con otras instancias de negociación, la mayoría de los acuerdos celebrados este año se definieron en un corto plazo. Tanto el sector gremial como el empresario centraron las paritarias en discutir un porcentaje en línea con las proyecciones oficiales y postergar el cierre para una instancia de revisión durante el segundo semestre o primer trimestre del año próximo.
Según Nicolás Segal, economista del Instituto de Trabajo y Economía (ITE), “se ve una diferencia importante en la construcción que el Gobierno actual hace respecto de las paritarias como herramienta de negociación y de alineación de la pauta inflacionaria”, argumentando que se intenta dar señales de compromiso con una política desinflacionaria en otras variables, como es el retraso del tipo de cambio y tarifario.
Pero a esta mirada habrá que sumarle los indicadores del último trimestre de 2020 realizado por el INDEC. Por un lado, el Gobierno Nacional construye un mecanismo “libre” de negociación entre cámaras empresarias y sindicatos para mantener el nivel adquisitivo de los asalariados; y por otro, el resultado de los 31 aglomerados urbanos relevados por el INDEC arrojó una tasa de desocupación del 11% con una tasa de actividad del 45% y de empleo del 40,1%
Es decir que durante el 2020 la tasa de desocupados se mantuvo prácticamente sin cambios y por arriba de los dos dígitos. En comparación con el cuarto trimestre de 2019, la tasa de desocupados se incrementó el 2,1% (de 8,9% en 2019 a 11% en 2020).
Un dato no menor es el análisis de la población desocupada. Según el informe, el 53,8% de las personas encuestadas llevan más de seis meses en la búsqueda de empleo, el 23,8% tienen entre uno y tres meses y el 14% entre tres y seis meses.
Estos guarismos indican que durante el año pasado se perdieron millones de puestos de trabajo que a la fecha no se han recuperado. El impacto de la pandemia y las medidas de aislamiento impactaron sobre las economías de los grandes aglomerados urbanos cerrando talleres, comercios y pequeñas y medianas empresas.
La disparidad de criterios en las pautas salariales, las cláusulas de revisión y la aceleración por cerrar las paritarias en los primeros meses del año, solo reflejan la necesidad de recuperar el poder adquisitivo del 40% de la población económicamente activa; mientras que el resto tendrá que continuar batallando en la búsqueda de empleo o conformarse con un subsidio.