Ciclo 2021/2022: El valor de los alquileres es el más alto de las últimas 10 campañas en Córdoba
El mercado de arrendamiento de tierras para actividad agrícola-ganadera durante el ciclo 2020/2021 se comportó con demanda muy firme. Según la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), dos de 17 departamentos analizados, presentaron una disminución en el valor de la tierra. Los departamentos señalados son Calamuchita y Colón. En esos distritos la caída fue de 0,5 quintales por hectárea.
El costo promedio de alquiler en General San Martín, Presidente Roque Saenz Peña, Río Primero, Santa María, Totoral y Tulumba se mantuvo constante respecto al ciclo anterior. Los nueve departamentos restantes reaccionaron a la suba, en donde se destacan, General Roca (+2,0 qq/ha), Río Cuarto (+1 qq/ha) y Río Segundo (+1 qq/ha).
El escenario 2021/2022 alcanzó la cotización más alta de las últimas diez campañas en la provincia de Córdoba. El valor promedio fué de 11,5 quintales de soja por hectárea.
Respecto a la campaña previa, el alquiler aumentaría un 5%. Es decir, 5 quintales por hectárea. Al medir los alquileres en dólares, se observa una caída de 17 dólares por hectárea en comparación a la campaña precedente, como consecuencia del menor precio de la soja para mayo de 2022, que se espera en 315 dólares por tonelada, señalaron los técnicos de la BCCBA.
Los alquileres más elevados se estiman en el este y sureste de la provincia, encontrando los arrendamientos más caros en Marcos Juárez con un promedio de 17,5 qq/ha, seguido por Unión (14 qq/ha) y Juárez Celman (12,5 qq/ha), ampliaron.
Hacia el norte y suroeste de la provincia, se pueden observar alquileres más bajos, encontrando el mínimo en Río Seco (9 qq/ha), seguido por Tulumba (9 qq/ha) y Río Primero (9,5 qq/ha), agregaron.
Opiniones
Consultado sobre el particular, Gonzalo Agusto, economista Jefe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, opinó que el incremento de nuevos contratos se refleja por una mayor demanda de negocios en los campos y por las perspectivas razonables en cuanto a rentabilidad.
Los promedios a nivel departamental son muy diferentes: Los rangos van desde (9 qq/ha) hasta (17.5 qq/ha) y están relacionados con las condiciones del suelo de cada zona y de las cercanías con el puerto como son los casos de los departamentos Unión y Marcos Juárez, indicó.
Para Carlos Ghida Daza, Jefe del Grupo Economía del Inta Marcos Juárez, los contratos este año han aumentado en toda la provincia en general y con distinta magnitud según las zonas, como el sudoeste de Córdoba que se destaca por su perfil agrícola. Precisó que los incrementos oscilan entre 0,5 a 1 quintal. En las zonas óptimas, el valor pasó de (18 qq/ha) a (19 qq/ha) y en los sectores marginales, el valor se corrió de (10 qq/ha) a (11 qq/ha).
Los cambios ocurrieron por la suba de precios de la cosecha y los rendimientos que no fueron muy malos a pesar del año Niña -indicó-. Los costos se incrementaron con valores de entre 30 a 35 dólares por hectárea en un alquiler con un valor de entre (18 a 19 qq/ha) y que en el cálculo final, el resultado fueron 450 dólares por hectárea, lo que significa casi 500 dólares por hectárea de costo en las zonas óptimas con lo cual, ante una baja del 15% en los rindes por debajo del promedio, aparece un riesgo de entrar en márgenes nulos.
Este año Niña, se ha manejado con un nivel de lluvias justas, permitiendo que los trigos se mantengan bien y se termine la siembra del maíz y de la soja con buenas expectativas desde el punto de vista económico, concluyó Ghida Daza.
Modelos para armar
En cuanto a las modalidades de arrendamiento, la opción elegida por los contratistas en general fue la de quintales por hectárea.
En otros casos relevados, se operó por porcentaje del rendimiento obtenido en la cosecha. Este mecanismo suele aplicarse en campos con menor potencial productivo y la distribución de la cosecha varía según el cultivo que se sembró.
Otro modelo pactado fue por litro de leche. En los tambos del departamento de San Justo el valor oscila entre 100 y 110 litros de leche por hectárea.
La figura del contrato mixto operó mediante un pago fijo calculado en quintales por hectárea a cosecha más un plus adicional si eventualmente la producción, supera un determinado rendimiento.
Por último se aplicó la opción de siembras asociativas entre las partes que consiste en la distribución de costos: el inquilino aporta insumos y el propietario aporta la tierra. La ecuación es la siguiente: se divide el rinde en base a los aportes mediante una tabla de incremento como referencia a partir del valor del rendimiento.