Bolivia afianza su perfil sojero con cifras récord
En Bolivia, el sector agropecuario juega un rol fundamental en el campo económico y social.
Hasta 2019, la participación en el Producto Bruto Interno fue del 14,6% y su crecimiento ha sido sostenido, empleando al 26,1% de la Población Económicamente Activa o el equivalente a 15 millones de personas. A junio de 2020, el PIB agropecuario nacional fue de 3.522,8 millones de bolivianos, siendo el sector de mayor crecimiento frente a la paralización de otras actividades de la economía.
El sector agroindustrial de Bolivia generó un superávit comercial de 430 millones de dólares entre enero y abril de este año, lo que representa el doble del mismo período de 2019 y 2020.
Según Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el fenómeno muestra de que hay más inversión, reinversión y esfuerzo productivo en el agro.
La mayor parte de la superficie sembrada en Bolivia se destina a la producción de oleaginosas y azúcar, y a cereales como como maíz, sorgo y trigo. El distrito de Santa Cruz de la Sierra encabeza la mayor proporción cultivada en el país (70,5% en el ciclo 2018/2019).
En el caso de la soja, la cosecha a nivel país alcanzó las 3 millones de toneladas. Las exportaciones de la oleaginosa representaron el 11% del total exportado en 2020. El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), informó sobre un incremento de la producción del 21,9%.
Industrializados
En Bolivia existen 10 plantas procesadoras de soja cuya capacidad de molienda llega a 4,2 millones de toneladas anuales. El USDA proyectó para 2020/2021, una molienda en torno a las 2,6 Mt. Por otra parte, en 2020 las exportaciones del complejo sojero generaron ingresos por 784 millones de dólares, lo que significa un incremento del 10% respecto del 2019.
La siembra 2021/2022 fue récord llegando a 1,4 millones de hectáreas cuya cosecha alcanzó las 3,1 millones de toneladas. El 90% de la producción se procesa internamente y el porcentaje de exportaciones del grano es nulo pero simultáneamente, el 80% de lo producido en materia de harina y aceite tuvieron como destino el mercado internacional ubicando al país en el séptimo lugar en el ranking de exportadores de aceite de soja y en el quinto lugar en el rubro harinas de soja.
Sin embargo, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, se ha retornado en Bolivia a una política de regulación de precios en el mercado interno con la aplicación de bandas y cupos de abastecimiento, para la venta de harina de soja y aceite. Esta situación afecta el precio recibido por el productor de soja y condiciona los permisos de exportación. Para dar una noción, el precio de la harina de soja solvente para el mercado interno fue fijado en 323 dólares la tonelada. La medida distorsiona los precios negociables con el productor. En Argentina, el FOB se encuentra en torno a los 387 dólares la tonelada.
Por otra parte, Bolivia padece la más severa caída en las exportaciones de quínoa dejando atrás el liderazgo mundial en el segmento en 2021. El cereal se cultiva en la zona del altiplano sur boliviano.
De enero a agosto nuestras operaciones disminuyeron un 35 % en valor y un 26% en volumen en comparación con los últimos cinco años, opinó el viceministro de Comercio Exterior Benjamín Blanco.
La pandemia impactó muy fuerte en el sector con la reducción de la demanda, el cierre de los canales de distribución, la presión de los precios y el incremento de países productores que en los últimos años pasaron de 20 a 100.
El plan ganadero
En materia de ganadería, el gobierno del MAS liderado por Luis Arce sigue aplicando la Agenda Patriótica 2025 desarrollada por el ex presidente Evo Morales que establece la meta de triplicar la población de ganado en el país, hasta superar las 22 millones de cabezas. Es decir, aproximadamente dos animales por habitante.
Este formato ya se aplica en el departamento Santa Cruz en donde residen más de 24 mil productores ganaderos. Del total de las estancias sólo el 62% es de empresarios bolivianos y el 38% por ciento de capital extranjero. Las inversiones provienen desde Brasil y en menor medida desde Argentina. El bajo costo de la tierra en comparación con países vecinos invitan a la compra de chacras.
Entre 2010 y 2020, la carne boliviana fue exportada a Perú, China, Ecuador, Venezuela y Vietnam. El real protagonista del auge de las exportaciones de carne vacuna de Bolivia, es China. En 2020, el país asiático hizo posible que el país cuadruplicara sus volúmenes anuales de exportación pasando de 5 mil a 14 mil toneladas, informó el Instituto Nacional de Estadísticas de Bolivia.
En la actualidad el Gobierno de Bolivia, ha determinado priorizar el abastecimiento de carne al mercado interno sin exportaciones, la realización de operativos de control de transporte de ganado, y control de precios.
Una vez cumplido el cupo de exportación de carne de res programada para la gestión 2021, ya no se exportará ni un solo kilogramo adicional de carne de vacuno, priorizando el abastecimiento de carne en el mercado, explicó el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Néstor Huanca.