Desde hace una década en Argentina se observa un crecimiento geométrico de fuentes alternativas de energía cuyo impacto se refleja, entre otros, en el mercado agroalimentario.
La producción de biodiesel a partir del aceite de soja ha mostrado un fuerte desarrollo. El sector creció en producción un 108% entre 2009 y 2012, y en materia de exportaciones los volúmenes alcanzaron el 35%. El dato ubicó a Argentina como el tercer exportador mundial de biodiesel elaborado con aceite de soja.
En la actualidad, operan 33 plantas distribuidas en distintas provincias de nuestro país, de las cuales 16 están radicadas en la provincia de Santa Fe, que aglutina el 82% de la capacidad instalada.
Argentina es el séptimo productor mundial de biodiesel e impacta en el 5% de la producción global, y exporta el 50% de lo que produce. Esta performance en el mercado la ubica como líder en el segmento. Regiones y países líderes como la Unión Europea, EE UU, Indonesia y Brasil inyectan su producción en el mercado interno.
Sin embargo, “todo lo que brilla no es oro'', dice el refrán. El Gobierno apelará un fallo de la Corte de Comercio Internacional de Estados Unidos que ratifica la imposición de aranceles impuesta en 2018 a la importación de biocombustibles argentinos. La medida será impulsada dentro de 60 días. En el caso del biodiesel, los aranceles en conjunto llegaban al 148%, dejando así al producto fuera de carrera. Hasta 2016, las exportaciones de nuestro país en el rubro sumaban 1.300 millones de dólares.
A favor del ambiente
En cuanto al carbono, el gas principal de efecto invernadero, se ha demostrado que el biodiesel puede ser una alternativa beneficiosa para el ambiente mezclado con el diesel tradicional o usado al 100%, para reducir emisiones. Según estimaciones de la EPA (la Environmental Protection Agency de Estados Unidos), la disminución va del 57% al 86%. En algunos países como Brasil, las unidades de transporte público usan biodiesel mezclado, confirmando ese nivel de reducción de emisiones.
En su último informe, La Cámara Argentina de Energías Renovables (Cader) y KPMG Argentina sostienen que “el país se enfrenta al desafío de avanzar aceleradamente en la transición energética impulsada por el cambio climático a nivel global”.
“El país necesita llevar a cabo una transformación de su sector energético que posibilite articular crecimiento económico, inclusión social y cuidado medioambiental, de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030”, indican.
En la región, Brasil y Chile son referentes en materia de desarrollo de energías renovables. El avance en la integración de energías limpias en las matrices energéticas es muy significativo junto a las políticas fiscales y regulatorias que contribuyen a la atracción de inversiones, desarrollo de la industria local y generación de empleo.
El Modelo Córdoba
En la provincia de Córdoba, a partir de la sanción de la ley 10.721 de Promoción y Desarrollo de la producción y consumo de Biocombustibles y Bioenergía, se promueve el aprovechamiento integral de la biomasa en donde se concentran todos los biocombustibles.
“En un primer paso, reglamentamos el biodiesel para el autoconsumo. Córdoba es la principal productora de soja del país y en el marco de la denominada economía circular, entendemos que dará un impulso importante a la actividad privada en emprendimientos de plantas de biodiesel, manufacturando e industrializando el producto para el consumo interno”, afirmó Franco Mugnaini, Subsecretario de Infraestructura Rural del Gobierno de la Provincia de Córdoba.
Según precisó el funcionario, el sector agropecuario en Córdoba consume 250 millones de litros de gasoil anuales en la actividad primaria, sin contar los fletes.
Señaló también que la Provincia pretende cumplir con el Acuerdo de París, que plantea la necesidad de la disminución de emisión de gases: “En este sentido, impulsamos el Programa B100, que pretende darle valor agregado a la producción, apostar a la economía circular y reducir la emisión de gases, generando un círculo virtuoso en el proceso de producción amigable con el medioambiente, en el marco de la transición de la matriz energética fósil a biocombustibles”.
Preocupación industrial
La Ley de Biocombustibles sancionada por el Senado Nacional regirá hasta diciembre de 2030. En el ítem vinculado a biodiesel, la norma establece la reducción del corte obligatorio del 10% al 5%. Esta pérdida de incentivos generó malestar y preocupación a los principales actores vinculados al negocio.
“Cuando la norma entre en vigencia vamos a ver severamente afectada la actividad, ya que impulsar inversiones en un contexto de achique del corte, sumado al precio internacional del aceite de soja en 1.100 dólares la tonelada, naturalmente la competitividad será muy compleja. De mantenerse en este nivel de precios, el mercado del biodiesel va a atravesar un escenario muy difícil ya que en el actual contexto interno, con valores en combustibles que están pisados, con un tipo de cambio atrasado, los valores reales no se reflejan en el surtidor. Es muy complicado”, explicó Mugnaini.
“Creemos que estas políticas, lejos de incentivar la actividad, lo que hacen es generar incertidumbre de cara a 2022”, concluyó el funcionario del Ministerio de Agricultura de la Provincia de Córdoba.
Expectativa
El Gobierno Nacional dictó un decreto para la reglamentación de la nueva Ley de Biocombustibles, y la medida generó repercusiones en las provincias productoras.
Marcelo Kuznierz, integrante de la Cámara de Biocombustibles de la Unión Industrial de Santa Fe, celebró que dentro del decreto hicieran una convocatoria a todas las empresas del sector.
“Esperamos que se cumpla con la palabra empeñada y que podamos participar activamente en los detalles de la reglamentación de la ley 27.640, pero la realidad es que nosotros no podemos esperar 180 días”, advirtió.
“Sinceramente, preferíamos que todo esto ya hubiera sido resuelto, incluso, antes de las elecciones. Evidentemente, no vamos a tener una respuesta en un mes”, se lamentó.