Celu y reggaetón
Unas horas antes de ganar cinco Latin Grammys, el puertorriqueño Bad Bunny fue noticia por otro reconocimiento, esta vez inédito, de la industria musical. Mientras se auguraba otra noche de brillo para la estrella del reggaetón en la ceremonia que se celebraría en Las Vegas, la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación de Estados Unidos anunció que Un verano sin tí, el disco lanzado por Bad Bunny en mayo de este año, está nominado al máximo galardón: el Premio al Mejor Álbum del Año, que se entregará en febrero del año próximo, en la tradicional cita en la ciudad de Los Ángeles.
Esto convierte a Bad Bunny (que llenó dos veces el estadio de Vélez Sarsfield) en el primer artista latino en estar nominado en los Grammys angloparlantes con una obra completamente escrita y grabada en español. Y refleja la creciente influencia de la música latina en la industria y la cultura norteamericana, algo que Un verano sin tí ya venía plasmando en los ránkings, ya que pasó 13 semanas como número 1 en la lista Billboard 200. Así, el músico de 28 años se estableció como uno de los artistas más influyentes de Estados Unidos, continuador de una estirpe cada vez más numerosa de músicos hispanohablantes que penetran en el mercado estadounidense al calor del boom poblacional hispano del país.
La noticia es apenas un resultante del avance de los ritmos latinos en la industria musical global, y una legitimación más a músicas que hasta no hace mucho eran consideradas bastardas, pasatistas y artísticamente menores. Desde los pioneros como Daddy Yankee y Don Omar hasta este 2022, donde Bad Bunny arrasa y desde Barcelona y Nueva York Rosalía da un lustre arty al reggaetón clásico con el extraordinario Motomami, la música ha cambiado mucho. Pero lo que más ha cambiado es la forma en que la consumimos. La migración masiva a los formatos digitales ha traído consigo transformaciones varias, como hemos mencionado en informes anteriores, que después de muchos años dejaron de ser consideradas anti musicales, vulgares o culturalmente despreciadas.
Música al paso
Los resultados que arroja la encuesta de consumos culturales de Fundación COLSECOR ilumina este asunto. Como nunca antes, una gran mayoría de las personas que escuchan música admiten hacerlo principalmente a través de su teléfono celular. Es un 66% general que se incrementa hasta el 90% en los jóvenes de entre 15 y 24 años, y al 80% en aquellos comprendidos entre los 25 y 39 años. Esto refleja una cambio generacional y un cambio de tecnologías, pero también es una muestra de la ampliación de la audiencia: un 99% de los encuestados dice escuchar música, algo que hemos naturalizado solo en el último tiempo, gracias a la accesibilidad de los formatos digitales de almacenamiento y reproducción.
LA PLATAFORMA MÁS ELEGIDA Reina Netflix
La distancia porcentual con los otros modos de escucha ofrece una perspectiva más: son muchas más las personas que escuchan música en tránsito, o mientras están abocadas a otras tareas, que quienes se reservan un espacio y un tiempo para la escucha. La radio (41%), la computadora (32%) y el auto (28%) están por encima de los reproductores de música tradicionales (27%) en la consideración cotidiana de los encuestados.
Romance y perreo
Por supuesto que los distintos reproductores elegidos por los encuestados pueden reproducir cualquier tipo de música. Pero la forma, los momentos y los géneros que se reflejan en el estudio muestran una convergencia ineludible: un modelo de estructuras musicales sencillas y normalizadas, que se reproducen en baja fidelidad y en la continuidad de la atención difusa de un oyente, en general, abocado a tareas contiguas mientras realiza la escucha.
STREAMING Y PODCAST A ritmo distinto
Cuando se les consultó ¿Con qué frecuencia escuchás estos géneros musicales?, el 48% de los encuestados optó por el segmento genérico Música romántica/melódica llamada latina como englobador de la música que escucha diariamente. Y el 37% dijo escuchar ese segmento de vez en cuando. En segundo lugar, está la categoría que comparten ritmos latinos como cumbia, salsa, bachata, reggaetón, cuarteto. La mitad de los argentinos sostiene escuchar este tipo de música habitualmente, específicamente el 46%. Y el 34% sostiene escucharla de vez en cuando. Las cifras de estos géneros se elevan significativamente en las mujeres (un 52% de ellas dice escuchar este tipo de música) y en el nivel educativo más bajo, ya que se eleva hasta el 60% entre quienes no completaron el nivel secundario.
Géneros más representados en los medios especializados, como el rap (8%), el pop (38%) y el rock argentino o extranjero (37%), tienen menos oyentes. Y los ritmos tradicionales como el folklore argentino (29%) o el tango (9%), quedan reservados a minorías numerosas, pero principalmente impulsadas por audiencias de más de 60 años.
La consistencia y la rigidez de la estructura del reggaetón, los ritmos latinos y la canción romántica parecen ajustarse mejor a la escucha de hoy. Para una audiencia en multitasking y en tránsito, el ritmo machacante de la clave de reggaetón, la compleja velocidad del cuarteto y los estribillos remanidos pero infalibles de la canción romántica consolidan su reinado histórico en una época donde el tiempo para la escucha es cada vez más escaso.