Peticiones y activismo virtual: el compromiso a un clic
Ilustración Daniel Pito Campos
Expresar el enojo y el descontento en los espacios virtuales no es algo nuevo: aunque con las redes sociales las manifestaciones de desacuerdo están a la orden del clic, lo cierto es que desde hace una década existen plataformas en las cuales se inician peticiones de la más variada índole para promover cambios sociales.
Se trata del ciberactivismo, una modalidad que ha despertado controversias de todo tipo: compromiso, frivolidad, entretenimiento y efímero forman parte de las palabras con las que se lo suele asociar. Todo depende bajo qué óptica.
No solo en Argentina, sino en los diversos rincones del mundo, se juntan firmas a través de formularios virtuales para poner en agenda determinadas causas o pedidos, con el fin último de que la masividad propulse la resonancia de una determinada problemática. Conseguir una ley, reclamar una cobertura médica o promover un cambio legislativo son algunos de los motivos por los que se inician peticiones.
Al igual que las marchas físicas, su sola concreción no asegura resultados, por más masiva que resulte. La idea es mostrar músculo, en este caso a través de adhesiones a un clic.
El compromiso con causas sociales, la predisposición a colaborar con quienes requieren de ayuda o apoyar reclamos de otras personas son formas de vincularse desde la empatía y la solidaridad, ya sea virtual o a través del contacto cara a cara.
De acuerdo con el relevamiento social que realiza Fundación Colsecor sobre la calidad de vida en pueblos y ciudades de Argentina, la colaboración social en el país bajó 10 puntos porcentuales entre 2020 y 2021.
Mientras que el 66% de las personas encuestadas respondió haber colaborado con sus vecinos para resolver algún problema de su comunidad en el 2020, año en el que se hizo demasiado hincapié en el ?otro?, sobre todo a partir de la pandemia, la cuarentena y ese temor a lo desconocido, ese porcentaje bajó a 56% en 2021, cuando ya la vida cotidiana comenzaba a mostrar su anterior pulso diario.
El desglose de ese promedio de respuestas indica que esa colaboración social es mayor a medida que desciende el tamaño poblacional de la localidad. Traducido: en poblaciones más pequeñas, donde es más fácil reconocer al otro, la solidaridad aparece más seguido; en los grandes conglomerados, la falta de proximidad termina por incidir en una ausencia de conocimiento y de compromiso con ese otro.
Adentrándose en el ciberactivismo, surge de la encuesta que el 32% contestó que alguien de su grupo familiar firmó una petición en alguna plataforma digital en los últimos meses, en tanto que un 36% respondió afirmativamente ante la pregunta sobre quejas activas en las redes sociales. En ambos casos, la mayor actividad se da entre personas con nivel educativo más alto.
Esto significa que más de tres de cada 10 habitantes del suelo argentino eligió alguna plataforma virtual para mostrar su descontento o solicitar algún cambio en particular. El foro social a través de una pantalla, donde ahora se grita cada vez más seguido.
Aunque las plataformas digitales aparecen como más accesibles para manifestar opinión o queja, del relevamiento se desprende que, en promedio del país, un 15% dijo haber participado de actos de protesta, marchas o manifestaciones en los últimos meses en desacuerdo con la acción del gobierno. Esta participación es mayor en localidades más grandes, precisa el informe de Colsecor.
En resumen, el doble de encuestados dijo haberse expresado en plataformas o en redes sociales respecto a quienes lo hicieron en la calle.
De lo virtual a lo real
De las muchas maneras de promover cambios desde el activismo digital, Change.org es la plataforma por excelencia para colectar firmas y visibilizar reclamos.
Desde sus inicios, en 2012, no ha dejado de crecer año tras años. ?Los primeros años experimentamos un crecimiento exponencial: Change era la novedad, era un canal nuevo en donde reclamar. En los últimos cuatro años hemos visto un crecimiento un poco más lento, con un incremento significativo durante la pandemia?, destaca Leonardo Asensos, director de Change.org en Argentina y el Cono Sur.
Celebra que, en los últimos años, se ha logrado concretar una ?victoria? por día: durante 2021 se consiguieron 369 victorias o resoluciones favorables a peticiones iniciadas en Change. En estos 10 años acumulan más de 3 mil ?victorias?. ?Argentina se posiciona, junto con España, como uno de los países con mayor tasa de victorias?, remarca Asensos.
Algunas de las causas recientes con mayor repercusión fueron el pedido por una la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, que logró 160 mil firmas en la plataforma y que fue aprobada en el Congreso en octubre del 2021. Con 345 mil firmas, la petición para que Valentina reciba una medicación para tratar su Atrofia Muscular Espinal (AME) también tuvo resolución favorable el año pasado.
Los pedidos vinculados con temas de salud concentran el 40 por ciento de las peticiones, y también el 40 por ciento de las firmas; seguidos por aquellos vinculados con los derechos de los animales; cuestiones de coyuntura política y económica; temas ambientales; de justicia; y de educación.
La campaña que pedía el cierre de Mundo Marino, y el rescate y rehabilitación de los animales en cautiverio consiguió 552 mil firmas. También por encima del medio millón de firmas estuvieron el pedido de cierre del Zoológico de Luján y el reclamo para que el Congreso trate la Ley de Humedales, con 720 mil firmas.
Se trata, al fin y al cabo, de una manera fiable que tienen los políticos de medir el pulso social. Change termina por ser una gran encuesta virtual sobre las problemáticas que muchas veces preocupan a los argentinos.
Diálogo
Pero no todo se limita a acumular firmas debajo de peticiones bienintencionadas. Un aspecto novedoso de Change.org fue la incorporación de la posibilidad de respuesta de la persona u organización interpeladas por alguna de estas acciones virtuales. De este modo, se generó una instancia cercana a la mediación entre los peticionantes y los tomadores de decisión.
Según un informe de la organización, en 80 reclamos iniciados durante 2021 hubo comunicación entre quien inició la petición y la parte interpelada por el reclamo. ?Así, Change.org se convirtió también en un canal de diálogo entre quienes reclaman y quienes están en condiciones de generar los cambios o las respuestas necesarias para una determinada demanda?, explican en el informe.
Otra vez: cuando lo virtual se transforma en real.