Messi por todos lados. Millones de camisetas de niños y niñas -y de adultos, claro- lucieron en la espalda el apellido del capitán del seleccionado argentino de fútbol. La magia que el 10 desplegó en la cancha se transpoló a sus mensajes: el éxito como sinónimo de esfuerzo, de resiliencia, de volver a intentarlo, de no poner el foco en las críticas. De no rendirse y tampoco jugar solo.
La psicopedagoga Mariana Savid, especializada en educación digital familiar, aporta una mirada sobre cómo aprovechar aquello que se vio en pantalla gigante en cada uno de los televisores para aplicar a la educación de niños, niñas y adolescentes.
-Sufrimos, ganamos, festejamos. ¿Qué enseñanzas se pueden sacar en limpio desde la mirada de las niñas y los niños?
-Hay mucho para analizar de lo que se vivió durante y después del Mundial de fútbol, muchos mensajes y valores que se pusieron en juego, incluso las imágenes que se vieron. El cuidado del otro, el ejemplo de empatía, el mensaje que dejó Messi sobre la importancia de levantarse y seguir intentándolo, y de tomar los errores como oportunidades de aprendizaje, de resiliencia, pese a las críticas. Tiene que ver con las habilidades del futuro.
-¿Cuáles serían las habilidades del futuro?
-Una clave es el trabajo en equipo, el ejemplo que dieron en cuánto a no querer lucirse uno solo, sino organizar un armado de juego en equipo. Eso se puede llevar al aula, podemos enseñarles a través de los jugadores cuán cuán motivador es trabajar en equipo, ser más creativos y más innovadores. Trabajar el valor de lograr cosas en equipo fomenta la cohesión, la empatía, permite introducir el tema de los roles, de los líderes, más aún de los líderes positivos como Messi. Hubo roles claros, se notaba que había un ambiente de respeto y colaboración entre ellos, un sentimiento de equipo. En un mundo que promueve el individualismo, o estar más con la pantalla que con las personas, se ponen en juego valores como el respeto, el esfuerzo, la autodisciplina, en una era en la que todo está a un clic de distancia.
Savid sostiene que también se abre la posibilidad de introducir en el aula conceptos de educación emocional: “Es una excelente oportunidad para trabajar la tolerancia a la frustración, de ver qué hacer cuando te meten un gol, de entender qué emoción te atraviesa, cómo se manifiesta, y si no es la forma de manifestación adecuada, buscar otras maneras”.
“Sabemos que este logro va a quedar grabado en nuestros corazones y en nuestra mente, porque se sabe que las emociones quedan grabadas en el cerebro. Las imágenes de esos festejos van a perdurar en el tiempo”, destaca.
-Un Mundial, ¿alcanza para consolidar nuevas idolatrías?
-Sí, yo creo que sí. Sobre todo por el momento que vive la Argentina, donde especialmente los adolescentes están expuestos a un mensaje de que no hay futuro, donde hay mucha apatía. Creo que este momento que se vivió va a quedar grabado en ellos.
Sobre la figura de Messi, la psicopedagoga destaca que en estos tiempos, no sólo los varones anhelan ser como él, sino que hay muchas niñas interesadas en el fútbol y con aspiraciones de éxito. “Hay que reconocer también que hay mucho exitismo, pero Messi… hay uno solo”, aclara.
Por otra parte, sostiene que para los más chicos representa a un héroe, que por otra parte es una persona con una vida normal, con una familia.
“Hay una campaña que hizo Disney contra el bullying utilizando el recurso de los superhéroes y sus superpoderes al servicio de la prevención del acoso escolar, de desenmascarar a los villanos. Y siento que Messi debería ser incluido en alguna campaña destinada a los más chicos, sobre líderes positivos que ayuden a construir entornos digitales seguros”, propone, para aprovechar el magnetismo del capitán para sensibilizar a las infancias.