“El argentino es un ciudadano muy informado e interesado en la política”
“A diferencia de otros países latinoamericanos, el ciudadano promedio de Argentina está muy informado e interesado en la política”, asegura desde el inicio Paola Zuban, politóloga y magíster en Comunicación Política, codirectora de Zuban Córdoba y Asociados, sobre el alto nivel de consumo de información de política de actualidad que se desprende de la encuesta de Fundación COLSECOR sobre consumos culturales.
-¿Qué es lo que busca a diario en los medios este ciudadano promedio altamente informado?
-Sabemos, por ejemplo, que la información de servicio, esa información que afecta a la vida diaria de las personas, es muy buscada: noticias sobre un corte en una calle, o la rotura de un caño, fechas de cobro, estado del tiempo o similares. El consumo diario tiene mucho que ver con la información de servicio. Cuando profundizás más en política o editoriales, lecturas de más tiempo, baja sensiblemente la afluencia de público. Las notas más visitadas de los portales son notas de servicio, de deportes, y las de portada, aunque ahí hay una diferencia muy significativa entre diarios de papel y web.
-¿Cuáles son los mayores riesgos de leer en internet?
-Veo que no hay una gran alerta en la ciudadanía con respecto a determinados portales que no son medios de comunicación oficiales, y pueden caer en portales truchos o en fake news. Cuando algo que sale desde un portal falso se sube a redes, circula, y genera un murmullo social que contribuye a la construcción de discursos sociales que lesionan la conversación pública. Esa sobreabundancia, esa viralización en minutos, la permanencia y el anonimato, pueden contribuir a generar mucho ruido en la red y que la gente no esté suficientemente alertada de esas problemáticas.
El deporte de informar
-¿La confiabilidad sería entonces el valor de los medios de comunicación?
-Claro. Los medios de comunicación consultan fuentes, chequean la información. Pensemos qué hace una persona cuando le llega una noticia impactante por redes o por whatsapp: prende la tele o la radio para ver si eso que le llegó es real o no. Hoy hay medios con mayor o menor reputación, pero la gente recurre a ellos como medios de validación.
Zuban asegura que el consumo de información es absolutamente heterogéneo: “No hay un consumo homogéneo, el consumo va mutando y es un proceso que se va generando a lo largo del tiempo. Esa heterogeneidad hace que hoy jóvenes de entre 15 y 24 años no hayan agarrado nunca un diario de papel más que para prender el fuego del asado”, explica.
Y considera que el momento actual es “bisagra” en cuanto a esa transformación en las formas de acceder a las noticias. “Lo bueno es que en esa variedad de contenidos se pueden encontrar textos para leer que no superan el título y la bajada, así como textos de análisis más profundos y extensos, con más elaboración”, apunta.
“El viraje de analógico a digital es inevitable, pero no hay que desesperarse. Es un proceso que tiene mucho que ver con una cultura muy visual que estamos desarrollando, que profundiza mucho más los contenidos visuales que escritos, y en eso la pantalla es una gran competencia al papel”, resume.
Por otra parte, valora que se está “blanqueando” que hay medios con diferentes orientaciones editoriales. “Eso contribuye al sesgo cognitivo que hace que en mi burbuja yo lea cosas generalmente acordes a mis intereses. Si es bueno o malo, no lo sé, es la realidad, y en internet está todo disponible para que cada quien consulte lo que quiera”, agrega Zuban.
-Sin embargo….
-Sin embargo, eso de creer que todo es accesible se cruza con la realidad de la desigualdad. Leemos que un 80 por ciento de la población tiene acceso a internet, pero no sabemos cuánto de ese 80 por ciento tiene datos para sentarse a leer, por ejemplo, un contenido educativo o una nota editorial. Cuando empezamos a rascar un poquito los datos surge un análisis más profundo que tiene que ver con que nuestro país está profundizando cada vez más esas desigualdades, y el derecho a tener acceso no nos asegura un acceso real.
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