“Cortar la complicidad machista te deja afuera de algunos clubes de varones”
La nota telefónica con Andrés Arbit se posterga un par de veces. Primero, porque lo retiene una sala de Zoom, después por un problema técnico y finalmente porque se hicieron las 17 y es hora de buscar a su nena en el jardín de infantes. A los 38 años, este realizador audiovisual, director y editor publicitario, cocreador de Privilegiados, la plataforma de contenidos antimachistas para varones que tiene casi 100 mil seguidores en Instagram, es un activista por la equidad de géneros y predica con el ejemplo. Con naturalidad, matiza los compromisos profesionales con las rutinas de la casa o los grupos de Whats?App del colegio de sus hijes. Andrés habla en inclusivo.
Privilegiados comenzó a gestarse en 2015 con el grito del movimiento #Niunamenos pero vio la luz en noviembre de 2018, luego de mucho leer, escuchar y dialogar. Es una creación conjunta con el guionista y docente Gustavo Gersberg y la socióloga feminista Lucía Rodríguez, quienes encontraron el tono y el modo de hablarle a los varones sobre su rol en una sociedad de iguales.
Arbit es la voz cantante de los videos que buscan cortar -o al menos, problematizar- la complicidad machista en la reproducción de los distintos tipos de violencia. Los videos, que se viralizan de teléfono en téléfono, tienen la virtud de plantear más preguntas que respuestas. No dan nada por sentado, salvo que, eso sí, la masculinidad se puede vivir de distintas formas pero sin someter ni violentar a nadie.
Al igual que MujeresQueNoFueronTapa, creada hace siete años por la abogada, poeta y artivista Lala Pasquinelli, la batalla trascendió la red y promueven charlas y talleres para varones. Abren el diálogo en clubes, asociaciones, empresas, sindicatos, pymes, organismos estatales, colegios secundarios y grupos de amigos en general. Las charlas de varones demostraron ser una herramienta muy efectiva para desaprender conductas, cuestionar los estereotipos de género, reconocer los privilegios y ponerlos al servicio de la igualdad. Hace un par de meses, incursionaron en Twitch con Desorientados, donde profundizan la conversación. Cada nuevo episodio se puede seguir en vivo los martes a las 19.30 y luego queda disponible en YouTube.
-¿Sos un varón deconstruido, o cómo te gustaría presentarte? -Trato permanentemente de repensar y desaprender lo aprendido, pero la deconstrucción es un proceso que nos va a llevar toda la vida. Soy un varón hétero-cis (identidad de género alineada al género asignado al nacer), blanco, de clase media, urbano, porteño de Capital Federal, papá de dos hijes, en pareja con Jésica desde hace más de 15 años y con un perro que se llama Ramón. Soy un activista por la equidad de géneros.
-Digamos que falta para hablar de deconstrucción.
-Hay como una leve sensación de pensar que la sociedad ya avanzó porque ahora nos encontramos con padres varones en la puerta de la escuela, o en la plaza, pero la verdad es que después, adentro de la casa, o en las prácticas laborales, las masculinidades siguen teniendo la sartén por el mando. Entonces, volviendo a la idea de la deconstrucción, desde Privilegiados pensamos que es un camino, un recorrido, que tal vez no lleguemos nunca a ver porque tiene que ver con el género, con lo social, con la clase, con lo racial, y uno termina teniendo sesgos, pensando y reproduciendo estereotipos de género. Durante seis años fui parte de la Secretaría de Nuevas Masculinidades de la Federación Argentina LGBT, que ya no existe más, donde coordinábamos mesas de varones. A veces alguien venía y contaba que había retrocedido unos casilleros porque se había mandado una ?machiruleada?. Pero la pregunta es ¿de dónde pensas que venís, o adónde creíste llegar? La deconstrucción siempre es un camino y uno va a seguir transformando lo que piensa, repensando cómo nos han educado.
-¿Cómo nació Privilegiados?
-Nace gracias al 3 de junio del 2015, gracias a los movimientos de mujeres que salen a la calle con el #Niunamenos. El grito de todas las mujeres que salieron a decirnos que dejemos de violarlas, de degradarlas y de violentarlas me interpela, me pincha la burbuja, me saca del Tupper donde vivía. Me da un cachetazo y me lleva a preguntarme muchas cosas. Primero hubo una escucha activa, mucha lectura, mucha charla, mucho diálogo, muchos talleres. Y junto a Gustavo Herzberg, que es guionista y docente, nos dimos cuenta de que queríamos generar contenido audiovisual para varones.
-¿Cuál fue el primer video, adónde apuntaron?
-La idea inicial era pensar los privilegios de los varones y desarmar unp por video. Pensamos una lista de privilegios, se nos ocurrieron cinco y, entonces, como tenía sabor a poco, le escribimos a nuestra amiga Lucía Rodríguez, que es socióloga y feminista. ¡Y ella nos mandó una lista de 20! Ahí nos dimos cuenta de que no podíamos hacerlo en soledad. Teníamos que conformar un grupo bien diverso, dialogar y construir para adelante. Incorporar la mirada de las personas que sufren la práctica machista y la de quienes la ejercemos. Así fue y en diciembre de 2018 sale nuestro primer video: ?Los varones tenemos la razón? (ver aquí), que tuvo un recorrido muy veloz, un impacto que ni pensamos.
- ?Que los varones seamos privilegiados no quiere decir que tengamos la vida resuelta. Repensarnos como varones y desarmar lo aprendido?, dicen en Instagram. Traducción, por favor.
-Decimos repensar la masculinidad para desaprender lo aprendido porque entendemos que en este momento, en este contexto histórico, vamos a seguir siendo varones y vamos a seguir reproduciendo estereotipos. Entonces, ¿qué masculinidad queremos construir? Nos queda claro que los modelos que reproducimos de toda la vida generan prácticas violentas, pero la podemos transformar. Tenemos todas las herramientas a mano.
-¿Cómo sería la nueva masculinidad?
-A eso también hay que problematizarlo, porque transformar no quiere decir que todo lo nuevo sea bueno, ni que todo lo viejo sea malo. Tenemos que encontrar estos puntos intermedios, donde podamos mezclar masculinidad, feminidad, lo que sea, y que siempre esté bien. Podemos ser varones como se nos dé la gana, siempre y cuando no sometamos ni violentemos a nadie. Esa es una premisa principal a la hora de repensar el deber ser de los varones: corrernos de los mandatos clásicos y pensar masculinidades empáticas, emocionales, comprometidas, que se animen a hablar por fuera de la norma, que seamos fuertes pero para poder demostrar que somos débiles. Saber dudar, saber pedir ayuda, pero no dejar de ser también todo lo que los estereotipos traen, que no están todos mal ni todos bien. Buscar un punto intermedio, los grises. No cancelar. Y que todo sea una conversación.
-¿A quién le habla Privilegiados?
-Principalmente, somos varones hétero-cis hablando a varones hétero-cis, porque para poder repensar esta masculinidad más clásica, más tradicional, que tanto nos están marcando que genera vínculos tóxicos, qué mejor que poder conversarlo entre nosotros. En Instagram, la estadística dice que casi el 70% de nuestro público son mujeres y un poco más del 30%, varones. Parecería poco, siendo una cuenta de varones que le habla a varones, pero la mayoría de las cuentas que trabaja con perspectiva de género tiene sólo 3% a 5% de seguidores varones. De modo que nos abrazamos a este 30% de la manera más optimista posible.
Tutoriales antimachistas
En la lista de videos de Privilegiados, hay una serie muy potente que lleva el hashtag #AmigoDateCuenta y, a modo de tutorial, interpela a los varones sobre micromachismos, violencias o inequidades entre géneros que se viven con naturalidad. Sobre el desequilibrio en las tareas domésticas hay uno con más de 100 mil reproducciones que se llama ¿Cómo aparecen mis calzoncillos limpios en el cajón?. El que indaga en las emociones masculinas con la pregunta ¿Lloraste frente a un varón buscando contención? es bien didáctico también y duplica la marca. Pero hay videos sobre chistes machistas, sobre acoso, incomodidades y violencias. Parecen ser una herramienta clave para abrir la conversación.
-¿Cómo se piensan estas producciones?
-Aquel primer video de ?Somos la razón'', hablaba también de levantar la voz, de imponer lo que decimos, lo que pensamos. Como director audiovisual en publicidad, yo me sentía interpelado por eso. Toda mi vida profesional había sido así: la reunión no empezaba hasta que yo no hablaba, interrumpía constantemente a todo el mundo, escuchaba poco a las mujeres... Los videos aparecen como nuestra herramienta para hablar de lo que nos pasa y, también, para sumar preguntas. Intentamos no ser tan categóricos para que haya lugar a dudar, a rebatir, a compartir ideas y que no sea sólo una bajada de línea. A veces puede salir mejor o peor, pero la intención es esa. El que hicimos para este 8M sobre el rol de los varones en la lucha por la equidad, nos lo habían pedido muchas compañeras feministas y empresas o espacios de varones que, cuando llega esta fecha, no saben muy bien qué hacer ni cómo aportar. Ese video, en 2018, no hubiese tenido lugar, pero el activismo va mutando, va cambiando, porque le estamos buscando la vuelta todo el tiempo.
-Los privilegios son otro tópico recurrente: privilegio de pertenecer al club de los más fuertes, de abusar y que no parezca, de caminar tranquilos por la calle?
-Los privilegios son difíciles de ver porque son ventajas que tenemos los varones por sobre otras personas sin haber hecho nada para conseguirlas y cada privilegio genera desigualdades, como decimos en un video. Son tan cotidianos que son difíciles de reconocer y algunos son imposibles de renunciar, pero podemos usarlos para generar espacios de igualdad, más justos. Siempre les ponemos la voz de una varón, la mía en este caso, porque los varones escuchamos a los varones de una manera en que no escuchamos a las mujeres. Es triste, es un bajón, es una porquería, pero es así.
-Hay un video especial sobre el privilegio de los varones y el lenguaje. Igual quiero saber tu opinión sobre la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas.
-Bueno, creo que están gritándole a una nube, están peleando con molinos de viento. El lenguaje no binario, o el lenguaje no sexista, llega como respuesta política para hacernos ver las desigualdades, la gente invisibilizada. Lo que no se nombra no existe. Es un lenguaje que hace tambalear la sociedad en cuanto a quiénes nombramos y a quiénes no nombramos. Centrar el asunto en el cómo hablamos, me parece una discusión muy chiquita, una chicana hacia la perspectiva de género, cuando en realidad afecta a las personas que quieren ser nombradas de esa manera. En eso, para mí, no hay discusión. ¿Alguien me lo está pidiendo, alguien se siente mejor con eso? ¿Cómo no voy a tener la empatía para utilizarlo?
-¿Qué tal funcionan las charlas de varones que proponen?
-Son las herramientas más potentes que encontramos. Para nosotres, es más potente que cualquier video que podamos hacer. En los encuentros entre círculos de masculinidades he visto en dos años cambiar a muchas personas; varones que faltaban el respeto a las diversidades, que eran violentos a la hora de hablar, que se dieron cuenta de que estaban siendo muy tóxicos con sus parejas, y todo eso fue mermando en los encuentros porque es un trabajo colectivo. Uno puede ver el video solo, en el baño, tratando de desaprender lo que aprendió para deconstruirse, pero el cambio es colectivo, es en el diálogo, en la conversación. Es muy difícil hacerlo en soledad. Por eso Privilegiados tampoco se puede hacer en soledad, sino dialogando entre nosotres para generar el contenido que llegue, que sirva para transformar, que impacte.
- Ahora largaron con ?Desorientados?, el Twitch de Privilegiados. ¿Qué asoma como lo más difícil para el nuevo varón?
-Twitch es una novedad para nosotres, lo hacemos junto con Juan Pablo Ares, que fue el creador de esa Secretaría que te contaba al principio que ya no existe. Es un lindo espacio para profundizar lo que decimos en los videos. Todavía es muy chiquito pero ya hay varones que se siguen conectando y contando como están. Claro que, de nuevo, no tenemos nada. Lejos estoy de ser una novedad. No dejo de ser un chabón que se sigue repensando en lo cotidiano. Lo que te puede generar algún costo es cómo te miran ciertas personas, o cómo ponen la lupa sobre vos los grupos de varones... No es lo mismo el grupo de la escuela de mi hijo cuando yo sólo era un director de publicidad que cuando empecé a trabajar estos temas. Algunos me escuchan, o dialogamos, y para otros me empecé a transformar en alquien que quiere adoctrinarlos con ideología de género? Pensándolo bien, tal vez, uno de los costos que tiene ésto de repensar la masculinidad es que cortar con la complicidad machista implica a veces quedarse afuera de algunos clubes de varones, no de todos.
-¿Con tus amigos de siempre, cómo te va?
-Mis amigos más cercanos entienden que cuando hablamos de estos temas no es personal, es estructural, y podemos seguir hablando de cualquier cosa, de cualquier chiste. Lo que queremos es sacar el machismo del grupo, no la amistad. Seguimos siendo amigos, teniendo anécdotas juntos. Tenemos recuerdos, nostalgias, solidaridad, camaradería, tenemos diálogo, cultura, tenemos amor. Tenemos un montón de cosas para seguir construyendo esos grupos, que no tienen por qué seguir reproduciendo una masculinidad violenta que somete a varones y a otras personas.