Amenaza ambiental

Incendios serranos, humedales bajo fuego y crisis hídrica: gracias por la lluvia

La deforestación, los desarrollos urbanos, alteran los ecosistemas y reclaman un uso intensivo del agua, cada vez más escasa. La gente se mueve, las leyes no llegan. ¿Hasta cuándo seguiremos mirando al cielo para pedir alivio? Por Cris Aizpeolea

Humo en reserva natural
Humo en reserva natural Humo
18-09-2022

Invierno seco, ventoso, caluroso. Invierno con cara de verano agotador. Primavera que no llega. Trece provincias argentinas reportan incendios, la cuenta suma 700 mil hectáreas.

Según el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), sobre un total de 330 mil hectáreas quemadas en todo el país en 2021, Córdoba encabezó el ranking de provincias afectadas con 66 mil hectáreas. En 7 de cada 10 se perdió bosque nativo, arbustos y bosque implantado en las sierras. En las otras, rastrojos y restos de cultivos en zonas llanas. Fueron sensiblemente menos que las 341 mil hectáreas quemadas en toda la provincia durante 2020, el peor año de los últimos 30. 

Los datos de esta temporada todavía no se pueden mensurar, pero no son optimistas y espantan por su solo efecto acumulativo. En 20 años, ardieron en Córdoba 1,5 millón de hectáreas. Números, todos, que seguramente tampoco dimensionen el drama personal y ambiental que suponen. 

Bajo la corteza, ópera prima del cordobés Martín Heredia Troncoso, se filmó en Traslasierra y es una película de contrastes tan áspera como sus personajes. Una ficción sobre desmontes, clubes de campo e incendios intencionales que se ven muy parecidos a los de la TV de estos días. El peón rural tiene trabajo asegurado. El patrón le paga bien y le deja llevar la leña, que le sirve para calentar la casa.

“Hacer esta película es una forma de aportar un punto de vista, un disparador para la discusión”, dijo Martín en el preestreno del filme que resultó ganador del concurso de Polo Audiovisual de Córdoba. Se estrenó en 2021 en el Malba, anduvo por cines, cineclubes y festivales de Perú, Uruguay y Chile entre otros, y se vio dos meses en la plataforma Cont.ar. Conviene estar atentos a su reposición. Tiene bien ganados los premios y menciones.

Barbijos en Rosario

En Rosario no se puede respirar, es la frase que acompaña los videos en todas las redes sociales. Esa película se transmite en vivo. 

La noticia no es nueva, hace tres años que arden los humedales del delta del río Paraná, pero la sequía y la falta de lluvias agravaron el panorama y, superada la pandemia de Covid, ahora la gente usa barbijos Kn95 por el humo.

“En la ciudad de Rosario se han registrado muy altas concentraciones de material particulado (...) y ocasionan a sus habitantes un estrés respiratorio que amenazan su salud pulmonar y cardíaca”, advierte el informe sobre "Impacto en la calidad del aire rosarino por la quema de pastizales en el delta del río Paraná" del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) en su afán por “seguir generando información pública ambiental al servicio de la ciudadanía”.  

El humo cruza el río y entra por todos lados. En los colegios suspendieron las actividades al aire libre y las autoridades recomendaron no salir y tratar de quedarse en casa, con puertas y ventanas cerradas. Pero más de 10 mil personas, convocadas por la Multisectorial, desoyeron la medida y salieron a protestar para cortar el puente Rosario-Victoria en reclamo de la urgente sanción de la ley de humedales. Exigen que el Congreso retome el proyecto consensuado con científicos, investigadores, profesionales y numerosos movimientos sociales y ambientales, que tenía media sanción y este año perdió estado parlamentario. Repudian el que envió el ministro de Ambiente, Juan Cabandié. Será una semana agitada.

Lluvia bendita

En Rosario, la gente mira al cielo con más ilusión que otra cosa. El docente José Vesprini, de la cátedra de Ecología Vegetal de la UNR, confirma que se ha alterado el ciclo de lluvias. “El río está muy por debajo de donde debería y sabemos que el 2023 va a ser un año Niña (de escasas precipitaciones)”, dice en diálogo con la prensa. Advierte que el fuego atenta contra las especies adaptativas al sistema de los humedales y pone en severo riesgo su funcionalidad y los servicios ecosistémicos, como la retención de dióxido de carbono.

En Córdoba, después de días de dramatismo, casi acostumbrados a ver teñido de rojo el paraíso, el alivio llega con una lluvia de madrugada. Y junto con el consuelo, queda la sensación de que, por mucho sacrificio de los bomberos, por mucho esfuerzo humano que pongamos, al final es la propia naturaleza la que tiene que apelar a sus últimos recursos para lamerse las heridas.

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Redacción Mayo

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