Nicanor Keller es Técnico en Emprendimientos Turísticos y se desempeña como coordinador en la Cooperativa de Trabajo Río Mulpunleufú, una de las primeras cooperativas con orientación turística de la provincia de Buenos Aires. Conformada en 2008, La cooperativa desarrolla sus actividades en las localidades de Oriente, ubicada en Coronel Dorrego, y Copetonas, ubicada en Tres Arroyos.
En el predio se realizan actividades en torno al paisaje: tirolesa, trekking, rappel, kayaking, puentes tibetanos, además desde la cooperativa realizan visitas guiadas, excursiones, campamentos y alquilan bicis. La zona cuenta con diversas atracciones turísticas como Puente Viejo, Puente Nuevo, Cascada La Escondida, Cascada Cifuentes, Cascada Mulpunleufú, Cueva del Tigre, Molino de las Rosas.
Antes del 2000, algunos vecinos ya dedicaban tiempo en llevar a chicos y chicas a conocer distintos parajes del río. Hace 14 años Nicanor se dedica al turismo, desde los 19 años, antes de ingresar a estudiar la tecnicatura. “Trabajo desde muy chico en negocios familiares, pero cuando iba al secundario ya hacía algunas visitas guiadas y participaba en las travesías de kayak, más adelante empecé en las tirolesas, y hoy en día coordino las actividades. Soy con quien se conectan las instituciones que quieren venir, planificamos una fecha y una cantidad de actividades, ese es mi rol”, cuenta Nicanor.
Sobre la creación cooperativa Nicanor comenta que “surgió la necesidad de darle un marco legal a esta actividad, porque cada vez había normas más estrictas para llevar chicos del colegio a un lugar como este, desde la Municipalidad de Tres Arroyos nos brindaron la idea de formar una cooperativa”. Y añade: “cuando se formó la cooperativa vino a Tres Arroyos una persona de La Plata que capacitó en cooperativismo a parte de los primeros fundadores. También había un docente que daba clases sobre cooperativismo y sobre turismo que entró a dar una mano hasta que se puso en funcionamiento”.
Turismo educativo
La cooperativa de turismo trabaja desde sus inicios con escuelas de la zona. Según el Relevamiento Social Comunitario (RESCOM) realizado por la Fundación COLSECOR, en Oriente se registran 70 alumnos aproximadamente en promedio por establecimientos de nivel inicial y de primario, mientras que en el nivel medio son 60. El 100% de los alumnos, tanto de nivel inicial como de primaria, concurren a establecimientos de gestión pública, mientras que en el secundario este porcentaje es del 47%.
“En un principio la idea era hacer caminatas y visitas guiadas con los colegios. Fue pasando el tiempo, algunos colegios fueron confirmando de que iban a seguir viniendo y que querían otro tipo de servicio, así que se consiguió un crédito municipal para comprar los primeros kayaks y ya se les agregó una actividad más. Se logró que el Ministerio de Desarrollo de la Nación nos brinde algunos elementos de trabajo, más que nada es lo que tenemos de cuerda, que es lo más caro de conseguir, los equipos y claves para tirolesa, eso fue todo mediante un subsidio”, cuenta Nicanor.
Las actividades con las escuelas se realizan hasta el mes de noviembre, porque en diciembre las instituciones educativas ya no permiten las excursiones. Pero en enero y febrero, con la temporada de verano, la cooperativa trabaja para los turistas de la región. Redacción Mayo conversó en profundidad con Nicanor sobre el desempeño de la Cooperativa de Trabajo Río Mulpunleufú.
-¿Qué aporta al turismo la Cooperativa de Trabajo Río Mulpunleufú?
-Somos los primeros que brindamos un producto turístico que no es sol y playa. Tenemos dos balnearios muy cerca, el balneario Marisol y el balneario Reta. Las personas que iban a veranear se encontraron con que esta zona es muy ventosa y que gran parte de los días son feos, es decir, no son disfrutables de playa, y con el tiempo empezaron a encontrar el lugar donde nosotros estamos como un destino más. Tenemos vínculo con los dos municipios de Dorrego y Tres Arroyos por el tema de las habilitaciones, porque hacemos actividades en ambas partes. Tratamos de sentarnos a charlar para mantener los espacios como están porque el ambiente es muy frágil y va a llegar un momento en el que va a venir mucha gente y si no hay algo planificado lo va a terminar perjudicando.
-¿Qué hacen para preservar el medio ambiente?
-Tratamos de ver una forma de desarrollo del lugar que no impacte directamente sobre el atractivo, como por ejemplo, que haya senderos y que no lleguen vehículos hasta el mismo lugar donde estamos nosotros. Puente Viejo tiene mucha circulación de gente porque es el primer lugar donde hay un puente para cruzar de un margen del río al otro. Entonces siempre tuvo y tendrá un impacto bastante fuerte por ese motivo. No solo tanto del turista sino más que nada por el movimiento de maquinaria agrícola, de camiones y demás, porque es una zona netamente agrícola.
-¿Qué lugares recomiendas visitar?
-Recomiendo que traten de conocer todos los lugares que se muestran en la web. Lo más lindo que hay es la Cascada de Cifuentes, hay una cascada nueva que es La Escondida que también es muy atractiva, se llama “La Escondida” porque es complicado llegar hasta el lugar. Son dos cascadas que generan el salto de agua más alto de la provincia de Buenos Aires, como salto de agua se toman 800 metros de longitud donde se consideran esas dos cascadas. Es un lindo lugar, no hay mucha sombra, es para pasar, ver, sacar fotos y seguir. En Puente Viejo hay un lugar para pasar todo el día, hay lugares bajos donde la gente se baña, hay un manantial de agua que es agua potable, tiene mucha historia y tiene varias reseñas para leer e interpretar qué es lo que sucedió en el lugar.
-¿Estos espacios están abiertos al público?
-Si bien hay una Ley de Sirga, no aplica en este río porque para que haya camino de sirga y que la gente pueda transitar tiene que ser un río navegable para extraer una producción y como tiene tantas cascadas y el lugar es tan fino, no entra en esa categoría. Así que todas las propiedades y hasta el agua son propiedad privada. La mayoría de los lugares están abiertos al público en general por parte de estos dueños y en algunos casos, los propietarios de los campos están haciendo convenios con los Municipios para que la gente pueda acceder sin ningún problema y que, en el caso de que haya un accidente, haya un seguro del cual responda el Municipio y no el particular. Esa es la única condición que están poniendo para que pueda circular la gente. Eso les brinda tranquilidad. Gran parte de los caminos son de tierra o de ripio y no se tienen que circular cuando está lloviendo, eso es algo que por ahí mucha gente que viene de la ciudad, no tiene en cuenta, y aunque está en los carteles lo hacen igual y después surgen accidentes.
-¿Tienen algún vínculo con alguna institución de salud para resguardar a los chicos?
-La única institución de salud es una Unidad Sanitaria, hay una en Oriente y otra en Copetonas. Cuando trabajamos con chicos se contrata un guardavida, más que nada por el riesgo del agua. Por ejemplo, el kayak se hace con chaleco, todas las actividades de cuerda tienen casco, cuando hacemos travesía en kayak se rema en un lugar muy tranquilo. Es un río de llanura, nada que ver a los ríos en los que se puede hacer rafting, la corriente no incide en la navegación, podés navegar río a arriba y no vas a sentir que te va a retrasar ni nada. Es un río más tranquilo que lamentablemente necesita de la lluvia, eso es un problema, ahora en tiempos de sequía está en un nivel muy bajo, prácticamente hacer una travesía en kayak es algo que en parte se sufre porque muchas veces te tenés que bajar del bote y arrastrarlo a otro lugar.
-¿Cuántas personas trabajan en la cooperativa?
-Con otros dos compañeros trabajamos en las actividades, tengo una compañera que se encarga de administrar el parador y trabaja con dos personas más. Somos 6 personas que trabajamos presenciales y después está el presidente, que se encarga de lo administrativo y burocrático, es una persona hecha para eso, el resto no queremos tener nada que ver. Tenemos definidos bien nuestros roles. Muchas veces somos pocos, pero al ser una actividad muy estacional el turismo cuesta conseguir gente que pueda trabajar con nosotros. Por ejemplo, yo también trabajo en un emprendimiento familiar que es una librería. Cada cual tiene su propio emprendimiento aparte o es empleado, o es docente, entonces, por el momento, no nos podemos largar solo a trabajar de esto. Por eso nuestra idea es ir trabajando durante el año para que se vea y en algún momento llegue a ser una actividad de más meses, no de año completo porque acá el invierno es bastante crudo, eso es un limitante.
-¿Cómo difunden el trabajo que hacen?
-La forma de difusión que tenemos siempre fue el boca en boca porque no tenemos capital como para desarrollarnos muy rápido, tendríamos que tener el doble de baños si quisiéramos hacer una publicidad fuerte. Pero, de todos modos, nos vamos acomodando siempre al momento, trabajamos y prácticamente la mayor parte del dinero que se gana con la actividad lo invertimos en baños y en más servicios. La idea es estar un poco más cómodos en un lugar alejado de los poblados, porque lo más cercano que hay es Oriente, que está a dos kilómetros y medio, y después está el pueblo de Copetonas a 7 kilómetros.
- ¿Tienen relación con otras cooperativas?
-Estoy participando de una mesa de cooperativas turísticas que se están formando, es la Mesa del Asociativismo y la Economía Social sobre Turismo y Desarrollo Local impulsada por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES). Hay unos chicos que están por hacer una cooperativa en San Juan para promocionar el Cruce de San Martín. Tenemos un grupo de Whatsapp, con un profesional de Turismo que nos va ayudando, en nuestro caso ya estamos en funcionamiento, así que lo que hacemos es aportar nuestra historia y conocimientos para quienes les sirva. Hay otros chicos que se están iniciando y ahí van averiguando todo lo que pueden.