ACCIONES COMUNITARIAS

ATEX, la cooperativa creada para dar trabajo a las costureras de Tornquist

En la localidad del sur de la provincia de Buenos Aires, el cooperativismo abrió un abanico de posibilidades para las mujeres de la industria textil. Redacción Mayo conversó con sus fundadoras, Adriana Caime y Susana Dos Santos sobre su producción y comercialización. Por Florencia Sosa

MESA ATEX
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Florencia Sosa Florencia Sosa 31-10-2022

Según el Relevamiento Social Comunitario realizado por la Fundación COLSECOR en la localidad de Tornquist, la ciudad posee una nutrida tradición de organizaciones civiles sin fines de lucro, que surgieron prácticamente desde su fundación y continúan hasta la fecha. 

Se contabilizan 25 organizaciones que cubren un amplio espectro de actividades y servicios esenciales de la vida comunitaria de la localidad, en la que se destacan las organizaciones comerciales y productivas. Abanico Textil (ATEX), es una de esas organizaciones, se fundó como cooperativa en noviembre de 2019 con el objetivo de generar empleo genuino en el rubro textil.

Redacción Mayo conversó con dos trabajadoras de ATEX, Adriana Caime, encargada del área de producción y Susana Dos Santos, encargada del área de comercialización. “El nombre Abanico Textil fue una propuesta de las personas que estaban en la organización, se nos ocurrió a partir de pensar que podemos ofrecer una gran variedad de productos”, señala Adriana. 

Susana es una de las fundadoras de la cooperativa, en 2019 trabajaba en la Secretaría de Producción en el Municipio de Tornquist y cuenta que “desde esa área se armaron unidades económicas para apoyar a las personas con capacidades pero con dificultades para conseguir trabajo. En ese diagnóstico encontramos que en Tornquist había una gran cantidad de operarias textiles, muchas que habían venido por turismo de distintas partes de Buenos Aires y se quedaron a vivir”.

Mediante la gestión del Municipio de Tornquist, el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación invirtió $4.600.000 que fueron destinados en la creación de dos salones, uno para la confección de ropa y otro para la comercialización de los productos. Además, con ese dinero ATEX compró ocho máquinas rectas industriales, dos bordadoras, cuatro máquinas Overlock de cinco hilos y planchas industriales. Todo para la producción textil que inició con más de 30 personas que participaron de las capacitaciones.

Dentro de la función social de la cooperativa, que no es una empresa común, está impartir cursos, seminarios y capacitaciones para la gente que quiera aprender los diversos oficios, porque no es solamente el sector costurero, acá tenemos un sector de corte, se hace patronaje y moldería”, dice Adriana. 

En términos de producción, en la actualidad ATEX tiene tres líneas de fabricación, hotelera, gastronómica e indumentaria. “En la indumentaria confeccionamos ropa de trabajo y prendas básicas. Para trabajadores de la salud hacemos ambos; para trabajadores de gastronomía hacemos delantales y manteles; y para hotelería hacemos toallones y sábanas”, cuenta Adriana, pero no siempre fue así. 

En medio de la emergencia sanitaria por el Covid-19, ATEX contribuyó con el hospital local confeccionando insumos para la protección de los trabajadores de la salud, entre ellos, barbijos. “Empezamos con la hotelería, porque esta es una comarca turística, pero con la pandemia ese objetivo se vio truncado y tuvimos que redireccionar nuestra producción a otros rubros. El rubro de salud nos pareció más oportuno para no tener que cerrar la fábrica”, cuenta Adriana. 

Sin embargo, Adriana señala que “el sector de ventas era lo que estaba fallando más, las tareas de comercialización tenían que estar a cargo de un grupo de gente que se encargue, una cosa es la producción y otra es la comercialización”. Es por eso que a partir de 2022 ATEX decidió reorganizarse convocando a Susana como responsable de las ventas. 

“Ahora incorporamos todos los medios para la comercialización, las redes, página web y también estamos haciendo ventas personalizadas con muy buenos resultados. Esta nueva etapa empezó hace dos meses, estamos en plena reestructuración. Dejé de trabajar en el Municipio y ahora soy socia de la cooperativa, estamos todas trabajando para sacarla adelante porque había llegado a un punto complicado en su economía”, advierte Susana. 

En el proceso, ATEX desarrolló varias estrategias para poner sus productos en el mercado. “Primero ordenamos costos y proveedores para conseguir el mejor precio que sea competitivo y con una calidad que es excelente, que esa relación precio - calidad se vea trasladada en el producto”, dice Susana. “Estuvimos haciendo un estudio viendo qué es lo que más pide la gente y qué es lo que más conviene. Es una cuestión de estar probando y de mejorar la calidad no solo en materiales sino en la confección”, suma Adriana.

El nuevo desafío es la venta online que se centraliza en su web y en las redes sociales. “Así como nosotros compramos y tenemos proveedores de tejedurías de Tucumán y de Córdoba, nuestra idea es poder llegar a todo el país. En la zona ya tenemos un sector hotelero muy rico, estamos muy cerca de la costa a 100 kilómetros de Monte Hermoso, cerca está Carhué y las Termas”, cuenta Susana. 

“Lo importante es que hoy en este momento estamos tomando gente porque están entrando muchísimos pedidos y esto está creciendo. Aún en un momento del país económicamente complicado ATEX se ve en esta posibilidad de incorporar gente y sumar más mano de obra. Cuando nace ATEX había un grupo de varones, hoy son todas mujeres, tenemos 11 operarias. Pero necesitamos muchas más, esto es una industria, tiene la capacidad para que trabajen hasta 30 personas”. 

Como balance de estos primeros años, Susana considera que “el objetivo social de la cooperativa está cumplido” porque con ATEX lograron “cubrir un segmento de mujeres que estaba sin posibilidades de un trabajo en blanco y bien remunerado. Se anotaron una cantidad importantísima de operarias que venían de otros lugares, que tenían experiencias de costura en textiles y en sus casas pero que en ese entonces solo podían hacer changas”.

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Redacción Mayo

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